Nacho López, un fotógrafo de testimonio

Por Noticieros Televisa | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-10-16

fOTO DE nACHO lÓPEZ

El libro 'Nacho López, ideas y visualidadI,incluye además ensayos que revelan los mundos que habitaban la mente de este creador que se definía como un fotógrafo de testimonio

CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 15, 2012.-  "Yo soy un fotógrafo de testimonio", dijo de sí mismo Nacho López en una entrevista que otorgó en 1962; entre paréntesis, el periodista, remataba: "Y con esta hermosa palabra Nacho López quiere decir simplemente que él no es un fotógrafo de noticia".

A más de 25 años de su muerte, una ambiciosa coedición da cuenta de más de 200 imágenes inéditas y ensayos sobre este artista total, que ha sido injustamente encasillado en el fotoperiodismo de los años 50.

En Nacho López, ideas y visualidad, el lector se encontrará con el creador de audaces escenas, fijas y en movimiento; al enamorado de la Ciudad de México (en su poema Yo, el ciudadano), al teórico, al crítico, al maestro, en suma, comentó el editor José Antonio Rodríguez, con ?alguien que generó imágenes a partir de su propio universo?, un universo tan complejo y completo como él.

Para confeccionar esta obra, tanto Rodríguez como Alberto Tovalín Ahumada, editores de la misma, decidieron explorar -entre otros archivos- el fondo que el propio Nacho López legó en vida a la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), compuesto por más de 30 mil negativos y poco más de tres mil impresiones originales.

José Antonio Rodríguez refirió que, de acuerdo con Juan Carlos Valdez, director del Sistema Nacional de Fototecas (Sinafo), de ese mundo de imágenes solo se conocía entre ocho y diez por ciento, proporción que sumada a las 200 fotografías inéditas que se dan a conocer en Nacho López, ideas y visualidad, quizá ahora se eleve a 20 por ciento.

"El tiempo que Nacho López (Tampico, 1923- Ciudad de México, 1986) ejerció el fotoperiodismo fue breve, no más allá de cinco o seis años, sin embargo, es su faceta más conocida. El periodismo le quedó corto", señaló el investigador de la fotografía y editor de la revista Alquimia, del Sinafo.

El eje de este reciente libro es una obra publicada por Nacho López en 1964: La Ciudad de México (Artes de México), de modo que las imágenes hacen ese recorrido que él planteaba sobre la capital del país, a partir del amanecer y sus plazas despejadas, el bullicio y los afanes de la tarde, para concluir en el neón de su vida nocturna.

Para redescubrir las múltiples ideas convertidas en visión por Nacho López, se convocó a un grupo de estudiosos de la imagen y apasionados de su legado: John Mraz, Jesse Lerner, Carlos A. Córdova, Daniel Mendoza Alafita, Mayra Mendoza y el propio José Antonio Rodríguez, autores de los ensayos reunidos en la publicación editada por el INAH-Sinafo, la Universidad Veracruzana, el Fondo de Cultura Económica (FCE) y Parametría.

Mientras John Mraz aborda las escenas dirigidas por Nacho López -los ejemplos más conocidos son La Venus se fue de juerga por los barrios bajos y Cuando una mujer guapa parte plaza por Madero-, en las que el fotógrafo condicionaba situaciones dignas de retratarse; Carlos Córdova escribe sobre la íntima relación que López tuvo con la danza, en la ?época de oro? de esta disciplina en México.

A su vez, Jesse Lerner retoma un ámbito poco conocido en la obra de Nacho López: sus contribuciones como productor, guionista, camarógrafo y director de filmes de corte documental y, a la vez, experimental. Daniel Mendoza, quien fuera alumno del artista, recuerda su faceta como docente, quizá la más amplia, que comenzó a sus 23 años y ejerció casi hasta el final de sus días.

Mayra Mendoza, subdirectora del Sinafo, escribe sobre las condiciones en que está resguardado el Fondo "Nacho López" de la Fototeca Nacional, en Pachuca, Hidalgo. Por su parte, José Antonio Rodríguez retoma las apuestas experimentales del autor y nos detalla algunas de ellas:

"En 1948, siendo un joven de 23 años, Nacho López se trasladó a Caracas, Venezuela, para impartir un curso a fotoperiodistas de ese país y les conminó a experimentar con la imagen, es decir, no a ir en búsqueda de la imagen, sino a construirla.

"Uno de sus últimos planteamientos en este sentido -añade Rodríguez- fue hacia 1981, cuando preparó una serie, a partir de un neologismo, la vasedactigrafía, que consistía en untar vaselina sobre el cuerpo (en este caso el de su esposa) y adherir papel sobre éste. Con esta serie participó en la Segunda Bienal de Fotografía Mexicana, y ante la incomprensión de sus fotos, quedó fuera del concurso. Fue un personaje que experimentó con las nuevas maneras de hacer imágenes fotográficas".

Nacho López, ideas y visualidad recobra además ensayos y reportajes escritos sobre él, por ejemplo, uno que le dedicara Manuel Álvarez Bravo en 1955; más otros en que se le acusa de apátrida por mostrar en Washington una visión cruda de México a través de sus fotografías, o bien, noticias en que se le exalta por su arrojo y creatividad.

Con la hechura de este libro, concluyó el historiador José Antonio Rodríguez, "esperamos que los nuevos lectores, espectadores jóvenes, puedan acercarse a Nacho López, quien no solamente generó imágenes sino también ideas".

Nacho López, ideas y visualidad, se presentará el próximo 25 de octubre en la librería "Rosario Castellanos" del FCE (Tamaulipas 202, esq. Benjamín Hill, Col. Hipódromo Condesa), a las 19:30 horas, con la participación de Rodrigo Moya, Rebeca Monroy y Ariel Arnal.

CON INFORMACIÓN E IMAGEN CORTESÍA DEL INAH

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