NUEVA YORK, Estados Unidos, oct. 8, 2012.- Fue un salón de belleza por 44 años hasta que en la primavera de 1995 su propietario de ese entonces Paul Devitt sirvió el primer coctail y fundó en Nueva York el concepto de Beauty Bar.
"Si ven el viejo letrero, este era el Thomas Beauty Salón, empezó como un salón de belleza pero ahora hacemos manicure y martinis especiales", dice Justin, gerente del bar.
Hoy por hoy tiene una clientela ecléctica, de mujeres que se pueden hacer un manicure a las 11 de la noche y jóvenes que las acompañan con un Martini. El menú es variado y la combinación sólo cuesta 10 dólares.
"Creo que la razón de que sea tan popular es que cuando vas a un salón de uñas normal es medio aburrido, pero si puedes venir con tus amigos, tomarte un trago y hacerte manicure al mismo tiempo, eso hace que todo sea más rápido y mucho más divertido", explica Stacey, manicurista del bar.
Por conservar su diseño de salón de belleza, todavía esto es un despiste para algunos, que se sorprenden al encontrar un bar en su interior.
La fama del Beauty Bar ha traspasado fronteras y no sólo se ha expandido a todo el país, sino que se encuentra entre los lugares recomendados para turistas de todo el mundo.
El concepto de Beauty Bar nació en Nueva York hace 17 años y hoy goza de miles de clientes, la mayoría entre los 21 y 30 años y uno de los manicure favoritos es el que se asemeja el color de una berenjena sin importar la temporada.
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