Julian Assange, la figura que divide

El fundador de WikiLeaks se convirtió, para muchos, en el abanderado de la libertad de expresión, tras la publicación de documentos ultra secretos, pero igualmente se ganó enemigos

LONDRES, Inglaterra, ago. 23, 2012.- WikiLeaks saltó a la fama al hacer públicos cerca de un millón de documentos, muchos ultra-secretos, en donde revelaba datos que avergonzaron a Washington y otros gobiernos.

Guantánamo, la guerra contra el terrorismo o el desarme nuclear fueron sólo algunos de docenas de temas tratados por WikiLeaks. El mundo se maravilló ante la audacia de la organización.

Y su fundador, ahora de 41 años, el australiano Julian Paul Assange, con su inconfundible cabello blanco, se convirtió en el abanderado de la libertad de prensa y expresión.

Algunos le dan crédito por incluso provocar el origen de la primavera árabe.

Entre otros reconocimientos, fue escogido como Personalidad del Año por la revista Time y Amnistía Internacional le premió también.

Pero igualmente se ganó enemigos. Muchos en Estados Unidos, furiosos, calificaron al activista de traidor. Unos fueron más allá, insistiendo que debía ser asesinado.

En un giro casi novelesco, durante un viaje a Suecia en agosto del 2010, Assange tiene relaciones sexuales con dos mujeres. Quienes terminan acusándolo de abuso y violación.

Assange se va a Londres y es cuando Suecia, vía Interpol, pide su extradición para continuar las investigaciones. Por meses se retrasa el caso.

El fundador de WikiLeaks intenta por todos los medios legales no volver a Estocolmo, pero la Corte Suprema de Londres da un veredicto definitivo, Assange debe ser deportado a Suecia para ser interrogado.

Y es ahí donde una nueva saga comienza. El 19 de junio del 2012, Assange, entonces bajo fianza, se presenta en la embajada ecuatoriana pidiendo refugio.

Ahí, en su interior, es intocable.

Pasan las semanas y a los dos meses, Gran Bretaña pierde la paciencia y comete un gran error.

Pensando que podían amedrentar a una pequeña nación como lo es Ecuador, las autoridades británicas envían una carta, amenazando con entrar a la embajada y por la fuerza arrestar a Assange.

Un error y a la vez el pretexto perfecto para el campo Assange. Ecuador reacciona con gran enfado, acusando a Londres de intentar romper la convención de Viena y de pensar en invadir su soberanía.

De inmediato, le ofrecen además a Assange asilo político de manera oficial.

Gran Bretaña sigue insistiendo que su intención es deportar a Assange, pero sabe también que ha provocado la furia internacional en Latinoamérica.

Es entonces cuando en un balcón, para no dejar suelo ecuatoriano, Assange aparece de nuevo ante el público y si se dudaba sobre su fama, la presencia de docenas de medios internacionales y cientos de personas, la confirman.

Ahí, Assange habló elocuentemente pero no aclaró cuáles son sus planes, si es que los hay.

"El presidente Obama debe hacer lo correcto, debe detener su cacería de brujas sobre WikiLeaks y detener la investigación del FBI", subrayó en Assange.

Assange siempre ha dicho que se niega a ir a Suecia por temor a que después sea extraditado a Estados Unidos, donde podría enfrentar la pena de muerte.

"Si es paranoia ese temor, ¿por qué no saca Estados Unidos una declaración que diga claramente que no demandarán su extradición?", se cuestiona Tariq Ali, intelectual británico que apoya al fundador de WikiLeaks.

Para muchos, el caso ya ha adquirido un nivel circense, casi una farsa, en donde nada es lo que parece ser.

"Ahora es retórica anti-imperialista, atacando a Estados Unidos y su posición frente a la libertad de expresión, para encubrir acusaciones válidas en contra de Assange. Quien fue famoso por la libertad de información, ahora juega con la desinformación", opina Ian Dunt, bloggero político.

Lo mismo sucede en Ecuador, donde el presidente Rafael Correa jura seguirá defendiendo a Assange, mientras que en su país, periodistas, escritores y periódicos, han sido encarcelados o multados.

En un caso paradójico, un bloggero de Bielorrusia, Alexander Barankov, llegó a Ecuador pidiendo refugio hace 2 años y se le otorgó.

Pero cuando su líder, Alexander Lukashenko, fue a Quito, pidió se le detuviera y Correa lo hizo. Barankov está ahora preso y enfrenta extradición a Bielorrusia, donde puede enfrentar también la pena de muerte.

?Temo por su vida. Muchos se han suicidado en la cárcel donde está. Cada semana se escucha de casos. No quiero que Alexander muera ahí o yo también me moriré?, dice Mabel Andrade, Pareja del bloggero Alexander Barankov

En lo que es ahora una enorme crisis diplomática, voces insisten que no debe olvidarse que el caso es más que nada, sobre un posible abuso sexual en Suecia.

Karin Olsson, del periódico Sueco ''Expressen'' enfatiza: "Son acusaciones que deben ser tomadas en serio. La mayoría de los intelectuales y periódicos en Suecia piden que Assange venga y responda al interrogatorio".

¿Qué sucederá ahora? es difícil de predecir. El diálogo parece estar en un punto muerto y Assange dispuesto a todo.

Y hay un precedente. En 1956, cuando el Cardenal húngaro Jözsef Mindszenty se refugió en la embajada estadounidense en Budapest, tras la opresión soviética, permaneció ahí 15 años.