Exhiben en Washington célebres figuras mayas de Jaina

Por INAH | Fuente: Cortesía | 2012-07-21

Hina/Jaina, el portal al inframundo se presenta en el Instituto Cultural de México en Washington, EU, e incluye las figurillas que acompañaban a los muertos en su 'paso al más allá'

WASHINGTON, Estados Unidos, jul 20, 2012.- La isla de Jaina, ubicada en la costa norte de Campeche, fue construida artificialmente por los mayas prehispánicos a modo de centro ceremonial; ahí se han hallado gran cantidad de entierros de infantes con ofrendas, compuestas por varios objetos, entre los que destacan las célebres figuras de arcilla que se elaboraban para acompañar a los difuntos en su "camino al más allá", y que son piezas estelares de una exposición que se presenta actualmente en el Instituto Cultural de México en Washington DC, en Estados Unidos.

Con el título Hina/Jaina, el portal al inframundo, dicha muestra organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), exhibe 58 piezas arqueológicas, 42 de las cuales se presentan al público por primera vez, y proceden de la Bodega de Bienes Culturales del Centro INAH-Campeche. El resto pertenecen a los museos de Arqueología Maya de Hecelchakán y Fuerte de San Miguel, de esa entidad.

Presentada a petición de la Embajada de México en EU, con el fin de difundir la grandeza y el esplendor de la civilización maya, la exposición ofrece un panorama de la riqueza arqueológica de Jaina -localizada a 40 km al norte de la ciudad de Campeche-, que tiene la particularidad de haber sido construida artificialmente; mide mil metros de largo por 800 de ancho, aproximadamente.

El centro ceremonial de Jaina o Hina tuvo su auge entre los años 600-700 d.C., en el periodo Clásico Tardío; a partir de investigaciones arqueológicas, ahí se han encontrado gran cantidad de entierros humanos con ricas ofrendas, compuestas por vasijas, herramientas líticas y las singulares figurillas, además de restos de estelas grabadas con inscripciones jeroglíficas, y de vestigios de edificios estilo Puuc (serrano).

El coordinador de la curaduría de la muestra, el antropólogo Marco Antonio Carvajal Correa, detalló que además de explicar la función de la zona arqueológica y el significado de las figurillas que formaban parte de las ofrendas funerarias, la exposición también refiere al entorno del sitio, en particular de los manglares, árboles que los antiguos mayas vinculaban con el inframundo.

El director de Museos del INAH en Campeche explicó que la exposición se divide en siete módulos; comienza con El enigma de Hina/Jaina, que detalla su ubicación geográfica y las características de dicho asentamiento prehispánico, conformado hace 1,400 años. Durante más de cinco siglos la isla artificial cumplió con su función de centro ceremonial y funerario.

El segundo apartado, titulado Costumbres funerarias mayas, aborda el sentido de los numerosos enterramientos humanos que se sucedieron al paso de los siglos, así como sus respectivas ofrendas, en las que destacan las figuras de arcilla con representaciones antropomorfas y zoomorfas, algunas asociadas a la música, pues han sido identificadas como flautas, silbatos o sonajas.

"Algunas de ellas, de excepcionales cualidades estéticas, retratan a individuos de manera realista en sus actividades cotidianas; otras son representaciones de dioses o gobernantes, y algunas más semejan flores de tallo largo de donde emerge un personaje al que se le identifica con el Dios del Maíz. En la exposición se detalla el significado iconográfico de estas figuras para los mayas", señaló el antropólogo del INAH.

Mencionó que estas figurillas han sido estudiadas por la investigadora de la UNAM, Francisca Zalaquett, quien las ha investigado desde el punto de vista musical, y su función como instrumento para ?llamar a las almas de los familiares difuntos? en los días en los que se les rendía culto. ?Hay toda una tradición religiosa en ese sentido, lo que acrecienta la idea que se tiene de Jaina como una isla muy enigmática?.

Mitos y cosmogonía de la creación a través del maíz, es el tercer núcleo temático en el que se explica la forma en que los campesinos mayas almacenaban el maíz. ?Las mazorcas eran depositadas en una especie de cama conformada por capas de mazorcas y de cal viva colocadas sucesivamente; este sistema les permitía conservar el grano hasta por tres años?.

La siguiente sección, Características constructivas de la isla Hina, detalla cómo fue realizada esta obra de ingeniería y cuál era su función. "Los habitantes de Jaina acarrearon gran cantidad de toneladas de sascab (piedra caliza molida), mediante canoas y cayucos que recorrieron canales abiertos entre los manglares, para construir la isla y tener un lugar de enterramiento sagrado, y donde se han encontrado hasta cinco niveles de entierros en menos de dos metros de profundidad".

Costumbres funerarias en Hina es otro segmento de la muestra que alude a los enterramientos y su relación con el inframundo, donde el manglar adquiere un significado metafórico. "En la cosmovisión maya, todo lo que se sumerge tiene relación con el inframundo, por lo que el manglar, durante las temporadas en las que permanece bajo el agua, es parte de ese ámbito, aunque también se le confiere un sentido de renacimiento, pues todo lo que está enterrado volverá a florecer".

Artefactos varios recuperados en la isla y Nuevas hipótesis sobre la función de Jaina, son las dos últimas secciones en que se divide la muestra y en las que se explica el origen del nombre de la isla, "al parecer fue producto de un error ortográfico, porque su nombre antiguo es Hina, palabra que hace referencia al lugar que los campesinos mayas construían en sus patios para almacenar el maíz".

Asimismo, el antropólogo Marco Antonio Carvajal comentó que la exposición busca también dar a conocer al público los nuevos planteamientos sobre la isla de Jaina, derivados de investigaciones más recientes. "Se ha escrito mucho sobre este asentamiento prehispánico, pero una gran parte es producto de estudios hechos décadas atrás; actualmente, a partir de estudios actuales, se empieza a dudar de las aseveraciones que se hacían, como el considerarla una ciudad de pescadores, cuando no hay vestigios de viviendas. Ahora lo que se plantea es que era un centro ceremonial".

La muestra, abierta desde mayo pasado en la capital estadunidense, continuará en exhibición hasta el 15 de septiembre en el Instituto Cultural de México en Washington. En la parte curatorial también colaboraron los investigadores Armando Anaya y Lorena William Beck, de la Universidad de Campeche, así como Stanislaw Iwaniszewski, profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia.

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