Mexicanos toman las riendas en Nueva York

El de los mexicanos es el grupo que más crece en Nueva York y cada penetran a grupos antes impensables, como el de conductores de calandrias

NUEVA YORK, Estados Unidos, mayo 5, 2012.- Podría haber más de un millón de mexicanos haciendo patria en NY. Es el grupo que más crece y uno de los más vitales de la ciudad, ya que sin su labor en el sector de servicios de bares, restaurantes y hoteles, así como en el de la construcción, manufactura, jardinería, limpieza y cuidado de niños y personas de la tercera edad, la ciudad no sería tan rica y tan alta y prácticamente se paralizaría.

Basta pasearse por las calles y avenidas de Manhattan para comprobar que los mexicanos están en todos lados. Los vemos en caminando en las aceras o en sus bicicletas llevando pedidos de comida a domicilio, incluso cuando caen fuertes nevadas, están en los puestos de fruta y flores de los famosos 'delis' o tiendas de abarrotes coreanas abiertas las 24 horas. Los encontramos en prácticamente todas las cocinas de los restaurantes. Algunos trabajan en las mejores pizzerías, en los mejores lugares de comida griega y expendios de sushi de la ciudad. Hay casos que en los que son incluso los chefs y es notable que no sólo brillen por los platillos que preparan  como los sirven sino porque además aprenden también a hablar con soltura  sea el italiano, el griego o japonés.

Nuestros paisanos migrantes tienen promedio unos 25 años de edad. Vienen sobretodo de: Puebla, Guerrero, Oaxaca y áreas suburbanas del DF. Muchos son emprendedores ya que a pesar de no tener documentos migratorios logran abrir sus negocios, que generalmente son panaderías, pastelerías, peluquerías y estéticas de belleza así como tiendas de ropa y de productos típicos mexicanos. Nombres como "Tulcingo Del Valle Cafeteria", "Tehuitzingo Deli",   "Cholula Bakery", "Tortas Don Paco", "Azteca Unisex", "Mudanzas El Compa", "Morales Grocery" o "Tacos Neza"  adornan las fachadas de los negocios, aderezadas con la bandera mexicana o los "colores tricolores".

Nuestros paisanos migrantes también han logrado penetrar a gremios que eran impenetrables como es el de los choferes de  las carrozas tiradas por caballos que circulan por Central Park. Durante décadas los italianos, rusos e irlandeses controlaron este gremio y aun predomina la presencia irlandesa. Sin embargo, en los últimos años los mexicanos empezaron a llevar las riendas después de haber trabajado mucho tiempo en los establos cuidando y manteniendo los caballos.  Hoy una docena de mexicanos maneja estos coches de caballos icónicos de Nueva York y lo hace con gracia, aplomo y soltura.

Uno de ellos es Ángel Hernández de 26 años, padre de familia y oriundo de Ciudad Nezahualcoyotl, Estado de México:

"Somos como 12  Mexicanos en esto y hay como 68 carrozas. Para mi es un orgullo hacer esto,  me encanta, es increíble porque la gente de mi propio país que sabe que yo trabajo en esto viene a buscarme a mí, me emociona mucho", comenta Ángel mientras ayuda a bajarse de la calandria a una pareja de turistas que después se retrata con él y su caballo "Shaggie".

Ángel emigró a NY a sus 14 años al terminar la secundaria. Su tío que también maneja es chofer de calandria en Central Park lo llevó a trabajar a los establos. Ahí trabajó cuatro años. Después aprendió inglés y tomó un curso intensivo que incluyó videos  sobre mantenimiento y manejo de coches de caballos lo que le permitió tiempo después sacar una licencia especial.

"Uno tiene que tomar un curso, tiene que ir como a la escuela y tiene que aprender bien a manejar los caballos y saber los primeros auxilios de un caballo por que el caballo para nosotros es como un hijo y así debemos de cuidarlo. Si él se corta saber atenderlo, ayudarlo?, relata.

Ángel dejó en México a su madre y a sus 3 hermanos menores. En NY conoció a su esposa, una poblana con quien tuvo 2 hijos. Le encanta su trabajo y se entiende de maravilla con "Shaggie". su caballo que él peina, mima y alimenta como si fuera un hijo.

"Si es como mi hijo mío ya tenemos años juntos y me acostumbre a él y él a mí. Es muy rebelde, juguetón pero es buen compañero de trabajo y buen amigo. Le encanta que lo acaricies entre sus ojos y que le des manzanas y zanahorias. Lo trato bien. Es un gran caballo y me gusta que luzca bonito y elegante por eso le pongo su pluma en la cabeza y eso atrae a la gente", comenta nuestro paisano que luce un brillante de arete y le gusta llevar sombrero de copa mientras alimenta a Saggie con rebanadas de manzanas enfrente del Hotel Plaza.

Una vuelta por el parque de 20 minutos cuesta $50 dólares y cada 10 minutos adicionales $20 más.  Ángel trabaja por comisión para el dueño de la calandria. Su gran ingreso son las propinas que suelen disminuir en invierno por el frío pero que ahora se recuperan con la primavera y las amables temperaturas que hacen de Central Park un oasis y del paseo en la calandria para las parejas un romántico esparcimiento.

"Ahora todo que hace calor y están las flores en todos lados hay mucha gente, sobretodo parejas que nos dan buenas propinas", afirma Ángel entusiasmado y concluye que su trabajo es muy especial y que de algún modo encarna su Sueño Americano. Un sueño sin embargo incompleto por la falta de papeles que le impide aún viajar a México y visitar a su madre y a hermanos a quienes no ve desde que dejó Ciudad Neza hace doce años.