Qué quiere Austria a cambio de prestar el penacho de Moctezuma

Por Redacción | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-04-27

Las negociaciones, deterioro del penacho, nunca lo usó Moctezuma, los tesoros que pide Austria a México

CIUDAD DE MEXICO, México, abr. 27, 2012.- Después de dos años de negociaciones, los gobiernos de México y Austria, llegaron a un acuerdo para que el Penacho de Moctezuma sea expuesto temporalmente en nuestro país. Después regresará al Museo de Etnología de Viena, donde está en exhibición desde 1929. En ningún caso, el estado austriaco cederá el penacho a México.

Las negociaciones se realizaron entre el Ministerio de Cultura de Austria y autoridades culturales de México, así como las cancillerías de ambos países.

Durante las conversaciones, nunca se cuestionó la pertenencia del tocado, que de hecho es propiedad de Austria, y sólo se trató de llegar a un convenio de seguridad jurídica para "préstamos temporales de bienes culturales", porque desde 1974, no existían procedimientos legales en caso de que una parte no devuelva un bien prestado.

CONDICIONES PARA QUE VIAJE A MEXICO

Para que el Penacho de Moctezuma viaje a México, todavía falta que el parlamento austriaco apruebe el acuerdo. El Senado mexicano, ya dio su visto bueno sin la intención de abrir un debate sobre el derecho de propiedad de la pieza, la cual forma parte del patrimonio cultural e histórico de México y Austria. Ahora sólo falta la aprobación del Parlamento de Austria, lo cual podría tardar varios meses. Además, el envió estará sujeto a un peritaje que certifique la factibilidad de transportar el tocado "ida y vuelta" a Viena.

México, que lleva décadas reclamando la pieza, ha prometido la custodia óptima del penacho del "tlatoani" (gobernante) mexica y su devolución si el préstamo se produce.

El acuerdo negociado entre Austria y México es analizado por otros estados europeos, como el Reino Unido. Y es que en los museos de Europa se encuentran expuestas piezas culturales de otros países, reclamadas por los estados de origen, por lo que el acuerdo austro-mexicano podría servir como un "precedente" jurídico que dé pie a otras negociaciones.

El famoso Penacho de Moctezuma está en Austria desde el siglo XVI. Según cuenta el cronista Bernal Díaz del Castillo en su "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España", el tocado fue obsequiado por el propio Moctezuma al conquistador Hernán Cortés, quien a su vez se lo regaló al rey Carlos I de España, V de Alemania.

Se cree que años después pasó a ser propiedad de la Casa Real de Austria cuando el barco en el que viajaba el penacho fue atacado en Jamaica por corsarios franceses y medio siglo después fue comprado a un ladrón italiano por el archiduque de Austria Fernando II del Tirol.

El gobierno de México reclamó formalmente en 1991 a las autoridades austríacas la devolución del penacho, que ha permanecido casi quinientos años en Europa, sin obtener respuesta.

Desde entonces investigadores, indigenistas e incluso descendientes directos de Moctezuma han luchado por su regreso con numerosas manifestaciones realizadas en Austria y Alemania.

Austria nunca ha cedido la pieza a México alegando su extremada fragilidad, pero también por temor a que jamás fuera devuelta.

QUÉ ES EL PENACHO DE MOCTEZUMA

Se conoce como Penacho de Moctezuma a un quetzalapanecáyotl o tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas que según la tradición perteneció al tlatoani Moctezuma Xocoyotzin (1466-1520), aunque no hay certeza histórica de ello, ni autenticidad de su antigüedad e incluso se ha cuestionado que haya sido usado como adorno para la cabeza.

El penacho es una obra de los amantecas o artistas mexicas especialistas en la creación de objetos con plumas. Es de origen Tolteca y no Mexica.

De belleza inusitada, tiene una altura de 116 centímetros y un diámetro de 175 centímetros. Su centro está hecho con plumas azules del ave xiuh totol, y tejuelos de oro en forma de medias lunas con piedras preciosas. Sigue una zona rosa de plumas de tlauquechol y otra de plumas marrón de cuclillo, de donde sale una hilera de plumas verdes de quetzal de hasta 55 cm de largo, que suman más de 400 en total.

A pesar de que en la actualidad está muy deteriorado, su valor estimado por el gobierno austriaco es de 50 millones de dólares, aunque en realidad su valor es más bien histórico.

A finales del siglo XIX varios investigadores europeos, como Hochstetter y Eduard Seler se interesaron por la pieza. La identificación como quetzalapanecáyotl se debe a la antropóloga estadounidense Zelia Nuttall.

El penacho fue depositado en el Museo Etnográfico de Viena durante la Segunda Guerra Mundial, junto con otros objetos prehispánicos, que se han identificado con objetos litúrgicos del culto a Quetzalcóatl y Ehécatl.

La historiadora e investigadora mexicana Carmen Cook de Leonard afirma que esta pieza es solo uno de muchos penachos que poseía Moctezuma y no se trata de una pieza única e irremplazable. Moctezuma poseía muchas riquezas y utilizaba diferentes ornamentos como este.

QUIÉN ERA MOCTEZUMA

Moctezuma era el emperador azteca a la llegada de los españoles a México entre 1519 y 1521 y según la leyenda, Hernán Cortés entabló conversaciones con Moctezuma para convencerlo a convertirse a su religión católica monoteísta y ser vasallo del rey Carlos I. Moctezuma inspirado en la leyenda de Quetzalcóatl, dio a Cortés el penacho con otras 158 piezas como regalo para su rey. Así, estas piezas fueron inventariadas y enviadas a Alemania, donde en ese momento residía el rey. Después, la pieza fue olvidada y muchos años después fue descubierta, restaurada y utilizada como símbolo del Museo de Etnología de Viena.

EL PENACHO NO ERA LA PIEZA MAS APRECIADA

De entre los suntuosos obsequios, el penacho estuvo lejos de ser la pieza más apreciada. Los objetos más valiosos fueron un sol de dos metros de diámetro y 17 kilogramos de oro puro y otros discos preciosos representando a Venus y la Luna.

El acta notarial detallando los presentes, realizada el 5 de noviembre de 1519, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Viena con el registro: Ser. Nova 1600 (hist. prof. 1200, olim. W 5279).

Según los cronistas indígenas, diez años antes de la llegada de los conquistadores españoles sucedieron "hechos fatídicos o prodigiosos" que, de acuerdo con su religión, fueron verdaderas predicciones que confirmaban la tradición de que Quetzalcóatl, octavo rey de los toltecas, tendría que regresar a reclamar sus tesoros y tomar posesión de su reino, tal y como él mismo lo había advertido cuando se fue de Tula en el año 999.

Cuenta la leyenda que cuando Quetzalcóatl supo que era tiempo de dejar el mundo, se inmoló, incendiando su cuerpo sobre la arena, frente al mar. Al consumirse por las llamas, de la columna de humo surgieron quetzales de brillantes alas esmeralda y bermellón que salieron volando rumbo al sol.

Tres años antes de la llegada de los españoles, Moctezuma II observó desde un mirador de su palacio el cometa que apareció en Tenochtitlán. El supersticioso tlatoani dedujo que Quetzalcóatl anunciaba su regreso.

La flota ibérica de once navíos al mando del capitán general Hernán Cortés zarpó de Cuba rumbo a Cozumel llevando 110 marinos, 518 infantes, 32 caballos, 14 cañones, ballestas, escopetas, falconetes y una nutrida jauría de perros rastreros.

En la primavera de 1519, Moctezuma recibió la noticia de la llegada de hombres barbados de piel blanca, montados en gigantescas bestias mitológicas nunca antes vistas (caballos).

Según consta en el Códice Florentino, cuando apareció Hernán Cortés, Moctezuma tenía la certeza de que se trataba ni más ni menos que de Quetzalcóatl. Y lo primero que hizo fue enviar embajadores llevando consigo tres conjuntos de atavíos diferentes, asociados con Tezcatlipoca, Tláloc y Quetzalcóatl.

Se dice que Cortés se mostró fascinado cuando lo acicalaron con las indumentarias de Quetzalcóatl. Esto acabó de confirmar los hechos y provocó el terror del emperador azteca, quién de inmediato inició los preparativos para cumplir cuanto antes con su obligación de devolver los tesoros.

Corría entonces precisamente en el año Ce Acatl (uno caña) del calendario indígena, fecha en que los aztecas esperaban el retorno de Quetzalcóatl. Para Cortés, esta increíble coincidencia fue como caída del cielo. Provocó que el capitán general fuese tomado por la temida deidad o su representante.

Tan raudo como veloz, Moctezuma llamó a Petlacalcatl, su real mayordomo y le pidió que sacara las riquezas enterradas, precisándole: "Aquellas que nuestro señor Quetzalcóatl dejó, y desde entonces nosotros hemos guardado y protegido".

El monarca mandó limpiar, arreglar y reconstruir todas las joyas, insignias y atavíos que llevaban 520 años celosamente resguardados.

Los aztecas se consideraban representantes de Quetzalcóatl. Creían firmemente que si este hombre-dios volvía, tendrían que entregarle todo el poder y los tesoros del reino. "Moctezuma II era profundamente religioso y se mantenía a la altura de sus convicciones. Además del poder civil, como sumo sacerdote controlaba también la fuerza moral de su imperio", explica el especialista en culturas prehispánicas Luis G. Villarreal.

Los tesoros fueron entregados por un grupo de enviados especiales. En contra de los planes de Moctezuma, los obsequios únicamente despertaron la ambición de los invasores que de inmediato avanzaron rumbo a Tenochtitlán con el firme propósito de enriquecerse.

Tras haber sido derrocado, humillado y apresado, el domingo 27 de junio de 1520, Moctezuma II murió brutalmente asesinado. Ese mismo día, el gran tlatoani de los mexicas tomó su lugar entre las estrellas.

MOCTEZUMA NUNCA USÓ EL PENACHO

Ni Moctezuma ni los anteriores reyes aztecas utilizaban penacho. En cambio, para indicar su potestad se ponían una especie de diadema o corona de lámina de oro llamada "copilli", símbolo del más alto poderío, y que según todas las referencias iconográficas, Moctezuma II portó desde el principio de su reinado. Tenía al frente una parte puntiaguda hacia arriba y el corto amarre de atrás caía sobre el cuello.

Las evidencias indican que el penacho que Moctezuma mandó de regalo a Cortés fue un tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas (quetzalapanecáyotl) de origen tolteca, no mexica, que fue elaborado para Quetzalcóatl, rey de Tula, o para alguno de sus sacerdotes a finales del Siglo 10.

Otros estudiosos defienden una teoría distinta. En la obra México a través de los siglos, el penacho se muestra al revés, y está descrito como "riquísima manta de plumas con adornos de oro". En el texto se explica que "en invierno, los altos dignatarios se cubrían la espalda con una especie de zamarro hecho de plumas".

El analista iconográfico Gerardo del Olmo asegura que por su tamaño, es imposible usar el supuesto penacho en la cabeza. Y en su libro Arte plumaria e industria del hilado de plumas entre los aztecas, el investigador y ornitólogo Rafael Martín del Campo señala que "el equivocadamente llamado penacho de Moctezuma es en realidad una capa de plumas preciosas (quetzalquémitl); una tilma, un atavío sacerdotal, religioso o ritual que portó algún sacerdote, y no el emperador de los mexicas".

En todas las crónicas indígenas y españolas donde aparecen las listas de los regalos enviados por Moctezuma, se menciona el penacho de largas plumas de quetzal con adornos de oro, que coincide con la insignia de alta jerarquía que usaba Quetzalcóatl, rey de Tula, sobre la cabeza, como lo muestra el Códice Durán del siglo 16.

DEL ORIGINAL CASI NO QUEDA NADA

Con el tiempo, las polillas comenzaron a devorar un material tan delicado como las plumas de aves preciosas. La mayoría de las que componían el penacho estaban desbaratadas. Además, las cuerdas del respaldo se encontraban flojas y la mayor parte de los discos y otros ornamentos de oro puro habían sido arrancados.

Las plumas originales perdidas no pudieron reintegrarse debido a que todos los pájaros existentes en el siglo 10 se habían extinguido. Para la restauración dirigida por Zelia Nuttal del Museo Peabody de Harvard a fines del siglo 19, únicamente las plumas de quetzal pudieron conseguirse, las demás fueron sustituidas por las de aves europeas, mientras que las piezas de oro fueron reemplazadas por réplicas de bronce.

ELLOS LE PUSIERON EL NOMBRE

Las propias autoridades del Museo Etnológico de Viena fueron quienes denominaron la pieza como "penacho de Moctezuma" (Kopfschmuck Moctezumas). Pero ante las evidencias que descartan la posibilidad de que haya sido utilizado por el emperador azteca, la placa descriptiva colocada en donde se exhibe fue sustituida por otra con la leyenda: "Antiguo tocado mexicano de plumas para la cabeza" (Altmexikanischer Federkopfschmuck).

"El conocido como penacho de Moctezuma jamás perteneció al emperador azteca", admitió el 16 de enero de este año Sabine Hagg, directora general del Museo de Historia del Arte de Viena (Kunsthistorischen). "No se le puede poner en relación directa con Moctezuma, pero entendemos que para los mexicanos es un objeto de profundo significado espiritual".

QUÉ QUIERE AUSTRIA A CAMBIO DE PRESTAR LE PENACHO

Conscientes de la obsesión de los mexicanos por tener de regreso el penacho, las autoridades austriacas han solicitado a cambio dos reliquias prestadas: el carruaje de oro puro del emperador Maximiliano I de México, que es la pieza emblemática del Castillo de Chapultepec, y el escudo ceremonial prehispánico azteca "Chimalli", hecho con piel de jaguar y decorado con plumas de pericos, cardenal rojo, cotinga azul y pato.

La obra de arte de 70 centímetros de diámetro y dos kilogramos de peso tiene como motivo cuatro medias lunas y le cuelgan decenas de listones de ixtle que terminan en plumas preciosas. El arqueólogo Felipe Solís, ex director del Museo Nacional de Antropología, la arqueóloga Laura Filloy y la investigadora Lourdes Navarijo calificaron la pieza como "un excepcional mosaico de plumaria azteca: el tapacáliz del Museo Nacional de Antropología", y afirmaron que "es uno de los dos únicos objetos plumarios prehispánicos que aún existen en México".

Las dos piezas que nos piden son genuinos tesoros históricos de gran valor, integridad y autenticidad; mientras que el quetzalapanecáyotl apenas conserva algunos de sus materiales originales, no fue utilizado por Moctezuma y quizá ni siquiera sea un penacho.

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