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MADRID, España, mar. 7, 2012.- Ingerir una píldora y comer todo lo que se quiera sin engordar, más que una realidad es un sueño que a muchos se nos hace muy lejano o casi imposible.
Pero si además de no engordar, el fármaco ayudara a prevenir la aparición de cáncer y alargara la expectativa de vida hasta 12 años, se trataría de una utopía como la de una fórmula que nos mantuviera eternamente jóvenes.
Pero ahora, gracias la investigación de científicos españoles, se abre una nueva vía de estudio que permitiría encontrar un remedio contra los grandes males que aquejan a la sociedad del siglo XXI: la obesidad, el cáncer y el envejecimiento.
Según una hipótesis científica estas tres consecuencias son manifestaciones de un mismo problema global que se produce cuando el organismo acumula daños en sus tejidos que por sí solo no puede reparar.
Píldora milagro
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (cnio) dio con el hallazgo cuando estudiaba un gen anti cáncer (el gen pten) y su papel en la longevidad.
Tras probarlo con ratones, no sólo descubrieron que éstos eran más resistentes al cáncer que los demás, sino que vivieron un 12% más. Esto trasladado al ser humano representa entre 10 y 12 años más de vida.
Pero no fue la única sorpresa. Comprobaron que los ratones que comían más, adelgazaban significativamente y tenían menor riesgo de diabetes ya que sus hígados toleraban mejor las grasas.
¿Cómo explicarlo? Tras diferentes pruebas lograron demostrar que los ratones que habían tomado el compuesto farmacológico quemaban más energía que el resto, gracias a una mayor proporción de grasa parda, un tejido graso "bueno" que quema la energía almacenada.
El metabolismo de los mamíferos procura un equilibrio entre el tejido adiposo blanco que almacena la grasa y el tejido pardo ó marrón, que la elimina y sólo la utiliza para transformarla en energía.
Este nuevo descubrimiento de los investigadores españoles se dirige, precisamente, a incrementar la actividad de esta grasa marrón, lo que conseguiría quemar todo lo que comiéramos sin engordar.
Y lo que es aún mejor sin efectos secundarios sobre nuestro organismo, ya que este tejido está diseñado precisamente para quemar grasas y solo se pone en marcha cuando el cerebro detecta el estrés producido por el exceso de nutrientes.
Estimular este gen mediante un compuesto que se redujera a una pastilla milagro es algo posible.
Y aunque lejos todavía, el que se convierta en realidad dependerá de las posibilidades de este centro de investigación de encontrar un socio capitalista.
La falta de dinero, tan demandado en los últimos tiempos, es una de las principales trabas con las que se encuentra este laboratorio para continuar la investigación.
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