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EL CAIRO, Egipto, feb. 17, 2012.- Bajo una apariencia discreta y cubriéndose casi todo el cuerpo, las mujeres egipcias esconden ropa interior de lo más sugerente, desde picardías transparentes hasta sujetadores coloridos o medias de encaje y ligueros.
Frente al auge del "hiyab" (velo islámico) y otras prendas como el "niqab", que tapa toda la cara menos los ojos, muchas son las egipcias que optan por todo lo contrario cuando se trata de escoger su ropa interior.
En el centro de El Cairo, las tiendas de lencería dejan de lado la sobriedad y exponen atrevidos modelos en sus escaparates, acaparando la atención de mujeres y hombres por igual.
"Esto solo se lo ponen para estar en casa" explica la vendedora Mona Ahmad con cierto halo de ingenuidad.
En otra tienda de la concurrida calle Talaat Harb, la joven Fatma Mona, que viste "hiyab", se decanta por un corsé morado siguiendo el consejo de dos amigas, pues confiesa que pronto se casará y necesita tener listo el ajuar.
"(Ellas) compran para sus hombres. Es como un juego para divertirse en la cama, porque nosotros lo consideramos muy importante" dice el dueño del local, Ahmad Ali.
El artículo que despierta más interés, es el camisón corto de seda o de transparencias de todos los colores, que inundan las vitrinas de la zona. Y es que las jóvenes egipcias, cambian los pijamas por camisones de lo más sexy en cuanto se casan.
La industria textil egipcia se compone de empresas locales que ofrecen prendas de baja calidad, baratas y gravadas con el 40 % de impuestos, mientras que en los países del Golfo el nivel de vida es superior y las mujeres pueden permitirse comprar lencería fina de marcas internacionales importadas.
No solo el matrimonio puede ser una ocasión especial para adquirir nueva ropa interior: en los países musulmanes está muy arraigada la costumbre de estrenarla durante las festividades del Sacrificio y del Fitr, esta última al final del mes de ayuno del Ramadán.
La relación entre la lencería erótica y la discreción de la que hacen gala las mujeres árabes en la calle no parece perturbar la mentalidad de los musulmanes, mayoritarios en Egipto.
Esa tendencia no contraviene las normas de la religión, según el experto en estudios islámicos de la institución Al Azhar, la más prestigiosa del islam suní, Abdel Moti Bayumi, quien asegura que el "islam no interviene en la ropa interior de la mujer, sino que es algo que se deja para ella misma".
La ley islámica no se refiere a la ropa interior femenina, sino que pide a la mujer que la vestimenta exterior no sea estrecha para que no describa su cuerpo ni enseñe su piel, puesto que debe vestirse con ropa que la proteja y sea decente.
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