Terapia antiestrés a base de golpes en Valencia, España

Por unos 380 pesos, usted puede romper hasta 25 objetos, bajo la idea de 'relajarse destrozando', como la mejor forma de combatir el estrés

MADRID, España, feb. 17, 2012.- Cada vez se escuchan más casos en España de pacientes que agreden a los médicos que los atienden. De hecho, se ha convertido en un auténtico problema para el sector sanitario que reclama incluso agentes de seguridad en los centros de atención.

El fenómeno se ha extendido a otros sectores. Hace unos días los instructores de autoescuelas y examinadores para el permiso de conducir, hacían la misma denuncia. Reciben insultos y golpes de muchos alumnos que no logran pasar las pruebas para obtener la licencia de manejo.

Y aunque parezca increíble, una buena opción para acabar con la tensión, es seguir golpeando pero de forma controlada. Es decir, romper objetos como terapia anti-estrés.

Es lo que propone una empresa de Valencia, en el sureste español, que pone a disposición del cliente todo tipo de artículos, como platos, vasos, botellas e incluso pequeños electrodomésticos, para golpearlos y romperlos a su antojo.

Los creadores de la idea, aseguran que todo aquel que acude a su peculiar terapia se desahoga de tal forma, que cuando termina de romper, deja los problemas junto a los restos de los objetos que destrozo.

Los creadores de Crash Therapy, que así se llama esta experiencia, aseguran que el cliente puede romper de todo sin remordimientos. Eso sí, según reza en su página de Internet, no se trata de que sea una simple expresión de agresividad, sino una forma controlada de canalizar y eliminar esa sobrecarga de energía que resulta perjudicial y prevenir explosiones de ira, rabia o violencia.

Claro que 'el rompedero' no sale gratis. Existen diferentes tarifas en función de la carga de energía negativa que se quiera eliminar. La tarifa básica de 20 euros, unos 380 pesos mexicanos da derecho a romper 25 objetos. Por la tarifa "Premiun" de 30 euros, se pueden llegar a destrozar hasta 35 objetos, incluidos un monitor, impresora y un pequeño televisor.

Los clientes se introducen en un overol, se colocan unas gafas de protección y eligen la música idónea para la ocasión. Y lo siguiente es dar rienda suelta a la rabia de su interior, para empezar a romper todo lo que hay dentro de una sala especial para la ocasión.

Para tan monumental destrozo se puede uno armar con un bate de béisbol o un martillo, para no dejar ningún pedazo a salvo. Mientras el usuario golpea, una cámara lo graba en video para tener un recuerdo en DVD y comentar incluso los mejores golpes y las emociones, con familiares o amigos.

Y por supuesto, tras monumental batalla llega el descanso del guerrero. El cliente dispone de 15 minutos en una sala de relax donde podrá rebajar los niveles de adrenalina en un sofá masaje, junto a un jugo que le permite rehidratarse.

Y listo para seguir batallando en otros terrenos, pero eso sí, ya sin la carga de la fuerza bruta y sin ataques de ira.