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LONDRES, Reino Unido, ene. 13, 2012.- En esta época de paparazzis y prensa sensacionalista es un fenómeno muy común cuando los ricos y famosos en el Reino Unido solicitan órdenes judiciales para proteger su vida privada o la de sus familiares.
Pero ahora se reveló que hace unos 170 años una de las primeras 'celebridades' británicas que tomó este paso legal contra los periodistas fue la monarca más poderosa del siglo XIX: la cabeza del Imperio Británico, la reina Victoria.
Desde su niñez la emperatriz tenía una pasión: hacer bosquejos de ella misma y de otros miembros de la dinastía real. Eran imágenes íntimas que la reina no quería que el público viera. Solamente ahora, después de casi dos siglos, estos mini-retratos serán revelados al público, ya que salen a la venta a finales de este mes de enero.
Fue en 1840, cuando los bocetos de la reina Victoria y de su familia (dibujados por ella misma) fuero filtrados a un periodista, por lo que la monarca buscó una orden judicial.
En uno de los primeros casos de este tipo, la monarca furiosa solicitó a los tribunales detener la publicación de los dibujos.
Los bosquejos reales permanecieron en secreto durante la mayor parte de la vida de Victoria: sólo a los amigos más cercanos y familiares se les permitió ver o recibir como regalos estas copias.
Aunque hay docenas de estos dibujos originales, sólo seis serán subastados en la ciudad inglesa de Cirencester, el próximo 25 de enero, por la casa de subastas británica 'Dominic Winter'.
"Este es uno de los primeros ejemplos de figuras de alto perfil que toman medidas rígidas en contra de la prensa. Los bocetos fueron para la diversión propia de la reina Victoria, y no destinados a la circulación entre el público. La monarca sentía que su vida había sido infringida. Los bosquejos son muy informales. Se ofrece una visión de sus vidas", declaró Chris Albury, uno de los organizadores de esta subasta.
Los seis bocetos muestras a los hijos de la reina tomando un baño, jugando con sus mascotas y siendo atendidos por su enfermera.
Un dibujo muestra a su hija mayor, Victoria, la Princesa Real, como una bebé que gatea por el suelo con un juguete en su mano. Cada retrato es acompañado con una leyenda escrita por la reina.
Por ejemplo, ella escribió: "Antes de ir a la cama", debajo de un esbozo de sus tres hijos disfrutando de la hora del baño.
La orden judicial de 1840 fue tomada después de que las imágenes se filtraron al columnista de noticias reales, Jasper Tomsett, quien esperaba producir un catálogo de los momentos más íntimos de la familia real.
Los compró por 5 libras (un equivalente a unos 2,000 dólares ahora) a un aprendiz de la casa editorial privada de la monarca, quien era el encargado de la realización de copias para los amigos de Victoria.
En la década de 1840, la reina produjo 62 dibujos, los que luego se convirtieron en grabados para que pudieran ser reproducidos por sus amigos y familiares.
La orden judicial se prolongó durante la mayor parte de vida de la reina Victoria hasta que se decidió que las copias originales debían formar parte de la Colección de la Casa Real.
El propietario de los grabados a la venta permanece en el anonimato. Él insiste que los encontró en una caja en el ático de la familia y no tenía idea de su importancia hasta que se consultó a los expertos.
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