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CIUDAD DE MÉXICO, México, ago 2, 2011.- Elaborados durante la Colonia, algunos códices que hablan de las tierras de los pueblos siguen conservándose hoy día en las comunidades. Ejemplo de ello es un documento del siglo XVI, en manos de la localidad de San Nicolás Coatepec, Estado de México, cuyas autoridades han cedido temporalmente este valioso manuscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), para llevar a cabo su restauración.
Especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) trabajan en el Taller de Documentos Gráficos, a fin de devolverle estabilidad a este manuscrito fechado en 1550, y que para esta comunidad del municipio de Tianguistenco, tiene una importancia particular pues en él están señalados la fundación del entonces pueblo de Coatepec de las Bateas, las posesiones de la tierra y sus linderos.
La restauradora Marie Vander Meeren indicó que el Códice de San Nicolás Coatepec se integra de 12 bifolios, hojas presumiblemente de algodón sobre las que un escriba indígena o tlacuilo anotó la historia del lugar en lengua náhuatl, poniendo énfasis en sus límites territoriales, además de realizar algunos dibujos de la zona.
La restauración del documento pictográfico, que finalizará en septiembre próximo, permitirá hacer una nueva traducción al español y paleografía del manuscrito, considerando que existe una previa del siglo XIX. Además este documento fue motivo de un artículo publicado en Estudios de Cultura Náhuatl (1995), edición del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
De acuerdo con la especialista, el proceso de conservación del Códice de San Nicolás Coatepec conlleva varias etapas, la primera de ellas consistió en elaborar la "historia clínica" del bien cultural mediante el registro fotográfico y gráfico de sus deterioros: faltantes, manchas, dobleces y arrugas, entre otros.
Asimismo, con la colaboración de las restauradoras Patricia de la Garza y Tania Estrada, se ha llevado a cabo la limpieza superficial de las hojas que componen el documento. La siguiente fase consiste en una limpieza química para eliminar impurezas mayores.
"Antes de dicho proceso efectuamos una serie de pruebas que nos permiten determinar si las tintas, los colores, los pigmentos, no son sensibles a los solventes, a fin de no afectar el documento", explicó Marie Vander Meeren.
Al parecer, el manuscrito de San Nicolás Coatepec, que pertenece a un grupo conocido como Códices Techialoyan, fue realizado con una tinta mixta -que no obstante el paso del tiempo se mantiene estable-, compuesta de carbón, además de tener elementos metálicos.
Vander Meeren abundó que tras la limpieza sigue el trabajo de restauración de las hojas con algún faltante. Éste se reintegra con papel japonés, el cual está comprobado ser el idóneo para este tipo de trabajo.
En caso necesario, se reforzarán las hojas originales utilizando dicho tipo de papel para laminar. Este proceso también implica la costura de los cuadernillos y la encuadernación con cartera de piel flexible.
La experta de la CNCPC indicó que el trabajo del restaurador no concluye con la entrega de estas piezas en buen estado, toda vez que se deben dar indicaciones a quienes las resguardan, para su óptimo cuidado y conservación.
Por ejemplo, concluyó, en el caso de que el documento sea utilizado con fines legales, será necesario realizar una copia certificada notarial luego de las labores de conservación, a fin de no maltratar el original.
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