Militares de EU excavaron en sitios arqueológicos mexicanos

Por Redacción | Fuente: Cortesía | 2011-07-23

Un grupo de 50 soldados estadounidenses que entró a Chihuahua durante la Expedición Punitiva contra Francisco Villa, realizó investigaciones en el Cañón de San Joaquín

INFORMACIÓN E IMAGEN CORTESÍA DEL INAH

CHIHUAHUA, México, jul 23, 2011.- El 15 de marzo de 1916 el ejército estadounidense entró a Chihuahua con la orden de buscar a Francisco Villa y castigarlo por su ataque armado a Columbus, Nuevo México, EU; de los sitios donde el revolucionario estableció sus primeros cuarteles estaba el actual poblado de San Joaquín, donde por cuatro meses, 50 soldados norteamericanos registraron 13 sitios prehispánicos y llevaron a cabo una de las primeras excavaciones arqueológicas en esa entidad, "para aliviar la monotonía mientras cumplían la orden de no realizar movimientos militares".

De lo anterior quedó testimonio en un informe que presentaron los capitanes John Warren Weissheimer y John W. Wright, en el cual detallan las exploraciones que hicieron y lo que encontraron, junto con fotografías, mapas, croquis y dibujos de los sitios; los documentos se encuentran resguardados en los Archivos Nacionales de Antropología del Museo Smithsoniano, en Washington, mismos que fueron recientemente consultados por el arqueólogo Rafael Cruz, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), para complementar las exploraciones actuales de los espacios arqueológicos del Cañón de San Joaquín, Chihuahua.

El investigador destacó que el informe de exploraciones de los capitanes estadounidenses, en el sitio de San Joaquín -donde se calcula que estuvieron del 1 de julio y por lo menos hasta noviembre de 1916-, "es de gran valor arqueológico y ha permitido complementar y corroborar algunos datos en las investigaciones recientes".

Al participar en la XIV Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte, que se realiza en el Museo de las Culturas del Norte, en Casas Grandes, Chihuahua, el arqueólogo presentó una síntesis y evaluación del informe elaborado por los capitanes estadounidenses, y de las investigaciones que él mismo ha realizado desde los años 90 en ese lugar.

Como resultado, el investigador del INAH señala varias coincidencias entre los resultados de sus investigaciones, que ­llevó a cabo antes de conocer los documentos de los militares norteamericanos, y las descritas por ellos en 1916.

Destacó que hay un mapa firmado por el teniente de nombre Roderick Dew, con fecha de julio de 1916, donde está dibujado el arroyo de San Joaquín y tres flechas con las leyendas To Pearson, To Dublan y To San Miguel, que indican los caminos que conducían a las actuales localidades de Mata Ortiz, Casas Grandes y la Babícora, mismas que en algún momento formaron parte del sistema regional de Casas Grandes.

Siguiendo el arroyo, señaló Cruz, se llega al sitio Galeana, posiblemente el más grande y que dominó el valle del Río Santa María, durante el periodo Medio de Casas Grandes (1200-1450 d.C.).

Con base en el mapa y sus investigaciones, el arqueólogo deduce que en la época prehispánica el Cañón de San Joaquín debió haber desempeñado un papel fundamental y estratégico en el flujo de gente, materiales e ideas al interior de la región.

En el mapa, los militares marcaron 13 sitios arqueológicos, de los cuales Cruz sólo encontró 11. "No vimos un par de montículos, que de acuerdo con los militares están ubicados al sur del arroyo; no obstante, los norteamericanos no registraron dos sitios que nosotros encontramos. Lo que para Weiseheimer y Wrigth eran dos montículos, para nosotros es un sólo sitio, al que denominamos El Presidente".

Asimismo, el arqueólogo del INAH encontró que Weiseheimer calculó que los montículos (en 1916) tenían una antigüedad de 800 años, aunque no indicó quienes fueron sus  habitantes. "De tal modo que para la época de la Revolución Mexicana su antigüedad era de alrededor de mil 120 años, lo cual resulta bastante aproximado porque ahora sabemos que la ocupación de esos sitios ocurrió en el periodo Medio de Paquimé (entre 1200-1250 y 1400-1450 d.C.".

Rafael Cruz destacó que en el informe no está especificado qué montículos investigaron los norteamericanos en 1916, sin embargo, por fotografías en las que aparecen haciendo excavaciones, se deduce que se trata de sitios que él denomina San Joaquín 8 y El Presidente.

"En su informe los soldados explican que los montículos eran conjuntos de cuartos, de hasta 2.5 metros de altura con puertas en forma de T; sobre los pisos encontraron diversos artefactos, así como grandes pedazos de adobe con marcas de carrizos provenientes de los techos. Nosotros encontramos exactamente lo mismo en sitios vecinos a los de San Joaquín (Galeana, Casa Chica y Casa de Fuego).

"Debajo de los pisos -dice el documento histórico- encontraron varios muertos y sugieren que se trataba de un espacio que pudo haber sido sagrado. Los entierros estaban cubiertos con petates, y acompañados de alimentos y una olla mortuoria.

"Uno de los esqueletos tenía campanas de cobre alrededor de su cuello, y cinco pulseras de concha apiladas en el cráneo; los restos estaban asociados a puntas de flecha, piedras de cuarzo, una lasca, un disco de madera tallada y varias piezas de cobre", abundó el arqueólogo Rafael Cruz, quien consideró que por el contexto descrito, el entierro debió corresponder a un personaje importante".

El investigador del INAH también advirtió que los materiales cerámicos descritos por los militares, son semejantes a los encontrados en otros sitios de la región. El informe da cuenta -refiere Cruz- de elementos arqueológicos encontrados en la localidad: "en las laderas hallaron restos de una fábrica de metates y varias herramientas de trabajo, que no localizamos. En nuestra exploración sólo observamos desechos de talla propios de esa tecnología informal.

Al respecto, dijo, "hallamos puntas de proyectil, lascas, percutores, raspadores y perforadores, elaborados en pedernal, obsidiana, riolita y calcedonia. Así como fragmentos de metates y manos de basalto (pieza cilíndrica para moler); y en El presidente encontramos dos piezas de turquesa, tres de concha y fragmentos de un hueso humano.

"Weiseheimer también indica que había hornos de mezcal, hechos de piedras dispuestas circularmente, de 2.5 metros de diámetro; seguramente se refería a dos grandes hornos de agave que encontramos en El presidente. Por último, el documento informa que excavaron un túnel en el banco del río y debajo de un montículo donde encontraron cerámica, mismo que nosotros identificamos con el estilo Mimbres Negro (anterior al periodo Medio de Casas Grandes, lo que nos hace suponer una posible ocupación anterior del sitio, durante el periodo Pueblo Viejo (700-1200 d.C.)".

En su presentación, Rafael Cruz señaló que el registro y excavación por los militares debió haberse efectuado después del 1 de julio y por lo menos hasta noviembre de 1916, "no antes de esa fecha porque el ejército norteamericano estaba muy ocupado buscando a Francisco Villa, incluso un reporte militar indica que Dew -autor del mapa arqueológico-, estaba en Las Cruces, Chihuahua, persiguiendo a Candelario Cervantes, considerado el segundo de Villa.

El especialista recordó que el 6 de septiembre de 1916, representantes del gobierno estadounidense y mexicano se sentaron a negociar en New London, Connecticut, EU, un acuerdo pacífico, entonces la expedición punitiva recibió la orden de mantenerse en sus cuarteles. El general John Pershing, quien comandó la Expedición Punitiva en contra del Centauro del Norte, narra en su informe final las actividades que realizaban mientras no podían salir de sus cuarteles.

Finalmente, el arqueólogo Cruz comentó que las piezas encontradas por el ejército norteamericano están en el Instituto Smithsoniano, en EU.

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