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CIUDAD DE MÉXICO, México, mar. 16, 2011.- El temor de que el material radioactivo se esparza fuera del territorio japonés encendió focos rojos al este de Asia.
Los gobiernos de Tailandia e Indonesia anunciaron medidas para evitar una posible contaminación en sus territorios.
En Rusia, el Ministerio de atención de urgencias y autoridades de salud iniciaron la supervisión constante de los niveles de radiación. Hasta el momento, todo se reporta bajo control.
"En Khabarovsk se hacen exámenes todos los días a intervalos de dos horas", dice Oleg Vorlinkin, director del Ministerio de emergencias de Khabarovsk, en Rusia.
Por su parte, la directora del centro de atención de catástrofes de Sakhalin, en Rusia, Natalia Berkutova, señaló que no se ha visto un aumento en los niveles de radiación.
Autoridades chinas anunciaron que su consejo de energía atómica, junto con el departamento de salud, miden los parámetros en calles y algunos alimentos..
Asimismo, el gobierno filipino aseguró que aún es muy pronto para realizar pruebas en los productos importados de Japón.
"Todavía no es momento de examinar los alimentos", puntualizó Mario Montejo, del departamento de Ciencia y Tecnología de Filipinas.
La Organización Mundial de la Salud aseguró que el gobierno japonés está tomando las medidas sanitarias correctas.
"Por el momento, con la información que se tiene, las medidas de evacuar, de pedir a la gente que permanezca en casa y de distribuir potasio y yodo es lo recomendado por la comunidad de salud pública, dijo la doctora María Neira, directora del departamento de Salud Pública y Medio ambiente de la OMS.
La agencia meteorológica del organismo afirmó que las condiciones climáticas actuales están provocando que los vientos dispersen el material radioactivo hacia el Océano Pacífico.
El temor a que la radiación llegue al oeste del país desató compras de pánico de pastillas de yodo.
En California, el departamento de sanidad advirtió que el medicamento no deber ser ingerido sin motivo, pues puede provocar reacciones alérgicas.
Expertos nucleares explicaron que no existe posibilidad de que la radiación viaje los más de 11 mil 500 kilómetros que separan a Fukushima, de países de América del Norte.
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