Benedicto XVI, el papa de la transición

Por Miguel Ángel Ramírez Zarco | Fuente: Noticieros Televisa | 2013-02-28

Benedicto XVI

A sus 14 años se vio forzado a ingresar al Partido Nazi, pero luego desertó y mostró una gran distancia al régimen totalitario; se inclinó por la vida religiosa

CIUDAD DE MÉXICO, México, feb. 28, 2013.- Para la Iglesia Católica fue el papa de la transición.

"A Benedicto XVI no hay que verlo, adormece, es aburrido, probablemente escucharlo, pero Benedicto XVI hay que leerlo, es un tipo erudito", dice Bernardo Barranco Villafán, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones en México.

Hijo de un policía y un ama de casa, Joseph Aloisius Ratzinger nació el 16 de abril de 1927 en un pueblo de Baviera, Alemania. Ese mismo día fue bautizado.

Según su biografía, desde los cinco años quería ser cardenal, pero un año después, Adolfo Hitler tomó el poder.

Y luego de seis años llegó la Segunda Guerra Mundial.

Joseph Ratzinger tenía apenas 14 años cuando se vio forzado a ingresar a la principal organización del Partido Nazi. Su función, al principio, era adoctrinar a más jóvenes. Dos años después fue reclutado. Primero, para defender una fábrica de coches en Munich, ciudad que sufrió incesantes bombardeos.

Luego, fue encomendado a poner minas antitanques. Sin embargo, Joseph Ratzinger desertó.

"Sufre lo que su generación sufrió, el aplastamiento, esto lo marca muy profundamente, lo convierte en un hombre que va a rechazar toda forma de totalitarismo", explica el doctor Jorge Traslosheros, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.

En el Tercer Reich, era una obligación entrar a la juventud hitleriana.

"Él después, en el seminario, etcétera, él muestra una distancia muy grande frente al régimen nazista", subraya Bernardo Barranco Villafán, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones en México.

Para Elio Masferrer Kan, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones "es interesante que Juan Pablo II había sido prisionero de guerra de los nazis y aquí tenemos a un hombre que estaba del otro lado".

Después de la Segunda Guerra Mundial, Ratzinger optó por la vida religiosa.

"Fue un teólogo muy progresista, incluso fue un teólogo que pone en cuestión el tema del celibato", destaca Bernardo Barranco Villafán, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones en México.

Tras la muerte del "Papa viajero", el 2 de abril de 2005, el Colegio Cardenalicio tuvo que escoger de entre 117 opciones.

Dos días de cónclave en la Capilla Sixtina, cuatro rondas de votaciones.

"Pero de aquella chimenea, de la Capilla Sixtina, se dio la primera fumata aquella tarde, era negra, exclamaron decepcionados los miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro", narraba el periodista Joaquín López-Dóriga.

En la tarde de ese martes llegó, por fin, el esperado humo blanco.

"En estos momentos yo puedo afirmar que el humo es franca y decididamente blanco", decía   López-Dóriga en ese  instante.

Y el anuncio del Vaticano era así:

"Habemus Papa, el eminentísimo y reverendísimo señor, señor José, de la Santa Iglesia Romana, cardenal Ratzinger".

Joseph Ratzinger escogió el nombre de Benedicto XVI, como homenaje a Benedicto XV, el pontífice que guió al catolicismo durante la Primera Guerra Mundial.

¿Quién era el nuevo papa? se habló, sobre todo, de su origen alemán, de sus 78 años de edad: el más viejo de todos los cardenales, sus 51 años de sacerdocio, cinco como arzobispo de Munich, poliglota.

"En su horizonte personal no estaba el de ser papa. Él actúa en consecuencia como un gran personaje que acompaña a Juan Pablo II en su pontificado, podremos decir que es el intelectual orgánico del papa Juan Pablo II", explica Bernardo Barranco Villafán, vicepresidente del Centro de Estudios de las Religiones en México.

Para el doctor Jorge Traslosheros, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, "la principal razón por la cual fue elegido es por su enorme coherencia, la profundidad de su pensamiento, un hombre de mano muy firme".

"De alguna manera le garantizaba la continuidad de su línea pastoral", dice por su parte Elio Masferrer Kan, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones.

Otra cita obligada fue su paso al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El mismo Juan Pablo II lo nombró, en 1981, el prefecto de este órgano, conocido anteriormente como la Santa Inquisición, cuyo objetivo es vigilar la ortodoxia de la doctrina católica. Por este capítulo de Ratzinger, los sectores más liberales del catolicismo lo identificaron como un ultraconservador.

"Es ahí donde tenemos una gran transformación de Ratzinger, de joven muy progresista, de aun actor religioso maduro, equilibrado, tiende a la perspectiva más conservadora", detalla Bernardo Barranco Villafán.

 


AAE

 

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