ATENAS, Grecia, dic. 11, 2012.- La cena de Navidad de los griegos será este año "a la romana", es decir cada comensal aportará algo o se dividirá el gasto, en el marco de la crisis económica que afecta al país.
Esta modalidad resulta increíble en un país donde la hospitalidad es sagrada, los invitados son literalmente sumergidos en alimentos y bebidas, pero la desocupación ya supera 26 por ciento.
Ersi, un periodista que trabaja en el diario Elefterotypia, relata que ha escuchado a muchos decir que cada uno llevará algo para la comida de Navidad o que el gasto se dividirá entre los comensales, y los regalos también serán menos. Inédito en una cultura donde el invitado siempre es el agasajado.
Las palabras de Ersi se comprueban durante un paseo por el Bazar de Navidad, emplazado en los jardines nacionales del centro de Atenas, donde hoy se observaban pocos compradores. Algo parecido en el barrio turístico Plaka.
Si bien el país es de fe ortodoxa, por lo cual la Pascua es mucho más importante que la Navidad, ha abrazado definitivamente las costumbres internacionales de la fiesta, incluido el consumismo desenfrenado que la acompaña.
Hace meses que se habla de la peor Navidad desde la Segunda Guerra Mundial, incluso peor que la de 2011, ya sin aguinaldos y con recortes retroactivos de salarios y pensiones, lo cual deja poco para festejar.
Empero, hay quien toma las cosas con filosofía y ve un costado positivo: "esta crisis también debe ser vista como una ocasión para decirle basta al consumismo y redescubrir la solidaridad y saber estar juntos sin grandes pompas. Se precisa recordar el valor espiritual de la Navidad y hacer autocrítica del consumismo", celebró María, a pesar de la crisis.
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