CEESP: Satisfacción y felicidad, sólo con mejor distribución de ingreso

Por Noticieros Televisa | Fuente: NOTIMEX | 2012-11-25

Familia feliz

El organismo del sector privado considera que los recientes datos del INEGI sobre 'bienestar subjetivo' no corresponden con la realidad

CIUDAD DE MÉXICO, México, nov. 25, 2012.-El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró que sólo hasta que haya una mejor distribución del ingreso en México habrá una verdadera satisfacción y felicidad de la población.

En su reporte "Análisis económico ejecutivo", considera que los recientes datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre el "bienestar subjetivo", pareciera que reflejan una situación que no corresponde con una realidad en la que se perciben grandes rezagos sociales.

Explica que las estadísticas experimentales del INEGI sobre bienestar subjetivo reflejan la percepción de la población acerca de qué tan satisfechos están con su vida y diferentes aspectos de ella, es decir, qué tan felices pueden ser.

Según el reporte, 95.2 por ciento de los cerca de 70 millones de personas entre 18 y 70 años considera estar satisfecha con su vida, en algún grado, lo que se reflejó en el resultado de la valoración promedio de satisfacción de la vida, que tuvo una calificación de 8.0 en una escala de cero a 10.

"Este resultado podría considerarse sorpresivo cuando, por una parte, el ejercicio realizado por la OCDE le otorga una calificación de 6.9 a nuestro país en materia de satisfacción de vida", refiere el organismo de investigación del sector privado.

Por otro lado, agrega, es complejo considerar tal percepción en un entorno en el que hay importantes carencias sociales, como la existencia de más 50 millones de personas con algún nivel de pobreza.

Además, por el notorio crecimiento de la informalidad, el elevado porcentaje de trabajadores que no cuentan con prestaciones sociales y la precarización del empleo, entre otros factores relevantes.

Para el CEESP son claras las carencias existentes, aún cuando la percepción subjetiva pareciera indicar que la población no admite la pobreza como resultado de una actitud aspiracional.

Además, expuso, no todos admiten sus carencias debido a que no hay un punto de comparación cuando han sido muchos años en los que no se ha percibido una mejora importante en el bienestar de los hogares.

"La población está tan acostumbrada a vivir en este entorno, que cualquier mejora por mínima que sea, aunque esta no represente un beneficio importante, se convierte en un factor de satisfacción", comenta.

Para el organismo, las carencias sociales que persisten limitan las mismas oportunidades para todos; impiden el desarrollo personal, la formación de capital humano y el desarrollo del país.

Revertir esta situación y lograr que la percepción sobre la satisfacción de vida refleje realmente un bienestar elevado de los hogares requiere, además de una serie de reformas estructurales y una importante cantidad de recursos que, dada la situación actual del sistema hacendario, no es tan fácil obtener, argumenta.

Reitera que el país no puede mantener políticas de subsidios tan regresivos como hasta ahora; un ejemplo claro es el subsidio al precio de la gasolina, que representa cerca de 180 mil millones de pesos.

Asimismo, subraya, es fundamental una corrección de la política tributaria, con el objetivo de hacer más sencilla y eficiente la recaudación tributaria.

Algunos ejemplos de esto se reflejan en la regresividad que significa no generalizar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), además de los considerables recursos que se dejan de percibir debido a los beneficios fiscales que existen en materia del Impuesto Sobre la Renta (ISR).

De acuerdo con el Presupuesto de Gastos Fiscales, el fisco deja de recibir poco más de 500 mil millones de pesos por estos dos conceptos, refiere el CEESP.

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), los recursos canalizados a programas regresivos equivalen a un billón 150 mil millones de pesos, lo que hace evidente la ineficiencia existente en la asignación de los recursos públicos, con lo que la distribución del ingreso seguirá sin ver mejoras importantes.

"Cuando el Gini, indicador que mide la distribución del ingreso, responda claramente a una eficiente reforma del gasto, entonces si se podrá decir que hay elementos para tener una percepción subjetiva cada vez más positiva y acorde con un beneficio constante. Un Gini más alto refleja felicidad", sostuvo.

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