México, un vecino en crecimiento

Por Noticieros Televisa | Fuente: Noticieros Televisa | 2012-11-22

EPN

El diario The Economist dedicó un largo texto a la relación bilateral y analiza cuáles son las fortalezas y las debilidades de México y cómo debería aprovecharlas para empoderarse

La próxima semana, los líderes de los dos países más poblados de Norte América tendrán una reunión en Washington, DC.

De acuerdo con el diario The Economist, el reelecto presidente Barack Obama y el president electo Enrique Peña Nieto tendrán que dialogar sobre los cambios que está atravesando México y que podrían afectar profundamente a su vecino del norte, a menos que Estados Unidos reconsere la forma en que ha volteado a mirar hacia el sur de su frontera, a menos que ambos quieran correr el riesgo de perderse de los beneficios de un creciente México.

La Casa Blanca no ha volteado suficientes veces hacia el sur. Durante las seis horas de debate televisivo en la campaña presidencial estadunidense, Obama y su vicepresidente nunca mencionaron a México directamente, lo cual es incomprensible, considerando que uno de cada 10 mexicanos vive en Estados Unidos, incluyendo su descendencia nacida en territorio de la Unión Americana, lo cual arroja una cifra de 33 millones de personas, o cerca de una décima parte de la población estadounidense.

México por sí mismo es más de lo que los estadounidenses pueden imaginar, su Producto Interno Bruto ranquea justo debajo de Sur Corea; en 2011, la economía mexicana creció más rápido que la de Brasil y hará lo mismo nuevamente este año.

Aun así, los estadounidenses son pesimistas acerca de México, y también lo es su gobierno. Tres años atrás, el analistas del Pentágono advirtieron que México corría el riesgo de ser un Estado fallido, lo cual, asegura The Economist, fue una falsa alarma. "De hecho la economía mexicana y la sociedad mexicana lo están haciendo bastante bien incluso la violencia, concentrada en unas pocas áreas, empieza a ser abatida".

Mañana in Mexico

El primer lugar en el que los estadounidenses debiron empezar a notar estos cambios fue en los centros comerciales. China, con más de 60 menciones en los debates presidenciales, es, de lejos, el país con las mayores importaciones a Estados Unidos, pero también hay que decir que ha quintuplicado la cantidad de fábricas en una década y ha tenido problemas con el precio de los combustibles, obligando a los fabricantes a concentrarse en el mercado de Estados Unidos. México, en cambio, es el mayor exportador de pantallas de television, BlackBerrys y refrigeradores y está escalando como exportador de autos y suplementos para la industria aeroespacial y mucho más. En terminus reales, dice el diario, para el 2018, América estará importando más de México que de nungún otro país y "Hecho en China" dará paso a "Hecho en México".

La puerta a estas importaciones son los más de 2 mil kilómetros de frontera, la más frontera más ocupada del mundo. Y aun así, algunos politicos estadounidenses hacen su major esfuerzo para bloquear el paso, presas del temor de ser inundados por inmigrantes. No podrían estar más equivocados. Unos pocos mexicanos que ahora se mueven por Estados Unidos terminan por regresar a su país, decepcionados por una débil economía economía estadounidense y tasas de desempleo del doble de las de su país. El camino de la migración está cambiando. En el norte de la frontera, los mexicanos legalizados son más que los ilegales.

Desestimando el comercio y sobreestimando la migración, se han tomado malas decisiones políticas.

Desde el 11 de septiembre de 2001, cruzar la frontera toma horas, cuando antes tomaba minutos, elevando los costos de las manufacturas mexicanas y cargando ese costo a los consumidores estadounidenses.

Los viajes se han reducido más o menos a la mitad. Más puntos de cruce y revisiones menos quisquillosas podrían agilizar el paso para contenedores y pasajeros; el acceso podría mejorar si tan sólo los oficiales estadounidenses fueran menos exigentes con los mexicanos. Después de una elección en la que 70% de los latinos votó por Barack Obama, hasta los republicanos pueden dares cuenta de cuán necesaria es una reforma migratoria.

No hay tiempo para una siesta

La parte con menos certeza en el futuro de México es la seguridad. Este año ha habido un pequeño descenso en asesinatos. Algunos puntos sensibles, como Ciudad Juárez, han mejorado dramáticamente. Y aun así, proporcionalmente, México tiene una tasa menor de asesinatos que Louisiana, el estado con más homicidios en Estados Unidos.

Los cárteles se fortalecen con dos condiciones: que Estados Unidos importa sus drogas, en las cuales los ciudadanos gastan millones de dólares, y que pueden comprar armas sin problemas. Es evidente que las políticas estadounidenses, asegura The Economist, deben tomar en cuenta las palabras del presidente saliente, Felipe Calderón, después de 60 mil muertos, o no podrán detener el tráfico de drogas.

El segundo punto oscuro en el futuro de México seguirá en vilo. Si Enrique Peña Nieto mantiene su promesa de reducir a la mitad los crímenes, deberá ser más efectivo que su predecesor en expandir la Policía Federal y mejorar a sus contrapartes en el nivel estatal. Uno solo de los múltiples problemas que deberá resolver Peña Nieto o no podrá alcanzar su ambiciosa meta de que el país crezca 6% anual sólo con exportaciones.

También deberá acabar con el monopolio energético, porque no podrá, de otra manera, explotar las vastas reservas de gas y petróleo. Impulsar la mermada productividad del país siginifca forzar la competencia en todos los campos.

Este periódico, dice The Economist, le preguntó a Peña Nieto sus planes de economía antes de la elección, y le alertó de que su partido, el PRI, ha sido acusado de corrupto y autoritario durante el siglo pasado; el líder del sindicato de petroleros es senador por el PRI y la lideresa del sindicato de maestros ha bloqueado todo progreso en educación, por lo cual sostiene, será una enorme tarea enfrentar todos esos intereses durante su gobierno.

Peña Nieto, concluye el texto de The Economist, deberá ponerse más allá de su partido para lograr los consensos necesarios para aterrizar cambios en beneficio de los mexicanos. Es tiempo de enfrentar esa tarea, porque los cambios deber ser mayores que una mudanza en Los Pinos.

El país es un taller de Estados Unidos, pero si quiere ser mucho más que eso, ese el tiempo para mirar de otra manera del otro lado de la frontera.

(En esta liga se puede leer la nota original: http://www.economist.com/news/leaders/21567081-america-needs-look-again-its-increasingly-important-neighbour-rise-mexico)

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