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BRUSELAS, Bélgica, nov. 21, 2012.- La solución al último episodio de la crisis griega ha quedado aplazada de nuevo hasta el próximo lunes ante la incapacidad de los países de la zona euro para lograr un acuerdo y en medio de fuertes divisiones subrayadas por Alemania.
Aunque oficialmente el asunto no forma parte de la agenda de la cumbre extraordinaria que los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) celebrarán mañana sobre el presupuesto comunitario para 2014-2020, no se descarta que se aborde de manera informal a petición de cualquiera de los Estados miembros.
Los ministros de Finanzas de la zona euro fracasaron de nuevo esta madrugada en su intento de encontrar la fórmula que permita proporcionar a Grecia la asistencia financiera de urgencia que necesita y cerrar su agujero fiscal en los próximos años, además de garantizar la sostenibilidad de su deuda.
"La reunión de anoche solo se ha visto interrumpida. Los ministros seguirán trabajando", dijeron hoy fuentes diplomáticas europeas, que insistieron en la necesidad "de hacer un esfuerzo sobre la consolidación de la deuda" helena.
"Esperamos que los ministros encuentren una solución de aquí al lunes", dijeron las mismas fuentes en referencia a la próxima reunión que el presidente del eurogrupo, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, ha convocado para el 26 de noviembre.
Los ministros de Finanzas de los Diecisiete, la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) fueron incapaces, tras doce horas de reuniones, de lograr un acuerdo sobre la manera de garantizar la sostenibilidad de la deuda griega y la fórmula de cerrar el agujero fiscal del país.
Su objetivo es resolver ese problema antes de proceder a dar luz verde al siguiente tramo de ayuda financiera que Grecia necesita para abonar el servicio de la deuda y evitar la bancarrota, y que asciende a 31,500 millones de dólares.
Aunque al separarse este miércoles algunos de los ministros subrayaron que el acuerdo está cerca y que solo son "detalles técnicos" los que los separan, las posturas en algunas de sus capitales se mantienen más distantes.
En París, el ministro francés de Economía, Pierre Moscovici, aseguró que se está "muy cerca" del acuerdo sobre la fórmula para cerrar el agujero fiscal griego y expresó su confianza en lograrlo.
Moscovici admitió que faltan todavía algunos parámetros por solucionar, como la manera de bajar las tasas de interés de los préstamos que se han otorgado a Grecia".
Más cauta se mostró la canciller alemana, Angela Merkel, quien en su comparecencia de hoy ante el Parlamento alemán señaló que "hay posibilidades de que lleguemos a un acuerdo el lunes" pero advirtió de que no habrá una "solución mágica" que resuelva todos los problemas de un golpe.
Merkel también apuntó a la posibilidad de que un ligero aumento de las garantías del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) pueda ser la solución para incrementar la financiación del rescate.
Para Alemania un aumento de sus garantías en unos 10,000 millones de euros posibilitaría llevar adelante un programa para la recompra por parte de Atenas de parte de su deuda soberana con un descuento.
En Atenas, el primer ministro griego, el conservador Andonis Samarás, expresó su disgusto ante el desacuerdo y subrayó que "cualquier dificultad técnica a la hora de encontrar una solución técnica no es excusa para ninguna laxitud o retraso".
"Grecia ha hecho todo aquello a lo que se había comprometido.
Nuestros socios, incluido el FMI, tienen que hacer también todo aquello a lo que se han comprometido", añadió Samarás, que mañana se entrevistará con el presidente del eurogrupo en Bruselas.
La sostenibilidad de la deuda griega es uno de los elementos que quedan por cerrar, dado que Grecia debería inicialmente reducirla al 120% de su PIB en 2020 si no se prolonga el calendario hasta al menos 2022, como defiende la eurozona y no comparte el FMI.
El otro elemento de desacuerdo se refiere a las necesidades de financiación de Grecia.
Un informe de la troika determinó que Grecia necesitará una ayuda adicional de 32,600 millones de euros hasta 2016 si se tiene en cuenta la extensión de dos años para acometer los ajustes exigidos y alcanzar un superávit primario -antes del pago de intereses- del 4.5% de su PIB.
Las necesidades de financiación de Grecia se elevan así a 15,000 millones de euros para cerrar el agujero fiscal hasta 2014 y a 17,600 millones de euros en 2015 y 2016.
Los países de la zona euro mantienen un rechazo general a una eventual quita de la deuda griega que tienen acreedores públicos, por lo que los ministros intentarán cuadrar las cifras mediante una combinación de medidas.
Tampoco se descarta una nueva quita para los acreedores privados.
Entre ellas estudian desde una nueva reducción de los intereses que la eurozona cobra a Grecia por préstamos bilaterales, a una recompra de deuda por parte de Atenas, algo que los expertos consideran complicado.
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