CIUDAD DE MÉXICO, México, nov. 13, 2012.- Asumiendo que esta semana habrá reforma laboral, es útil plantearnos qué pasará a la mañana siguiente de la aprobación del documento, se preguntan Pedro Tello y José Luis de la Cruz, en el programa El Mañanero.
Tello recuerda que hay toda clase de planteamientos alrededor de qué pasará cuando entre en vigor, alrededor del tercer trimestre del próximo año, la reforma. Hay funcionarios que aseguran que se generarán 400 mil empleos, empresarios que han asegurado que se esperan 600 mil empleos directos adicionales. Cálculos muy alegres ante el panorama que entraña la reforma, dice el analista.
Otros, recuerda, anticipan precarización aún más grave del mercado laboral y algunos más que cantan que llegó la hora de la productividad. Lecturas tan diversas, dice Pedro Tello, que vale la pena contextualizar dónde estamos parados en comparación de hace seis años.
Al tercer trimestre de 2012, México, dice, tiene 4.5 millones más de trabajadores sin acceso a los servicios de salud; 2 millones más que carecen de un contrato escrito; 3.8 millones más en edad de trabajar laborando en el sector informal.
En materia de remuneraciones, 1.2 millones más mexicanos perciben hasta 1 salario mínimo al día; la población que percibe entre 1 y 2 salarios mínimos aumentó 2.6 millones; 1.1 millones de personas más que hace seis años gana entre 2 y 3 salarios mínimos.
En contraste, 400 mil personas menos que hace seis años ganan de a 5 salarios mínimos y 1.3 millones menos ganan más de 5 salarios mínimos.
Es decir aumenta la población con bajos salarios y disminuye la población con salarios dignos.
A partir de este escenario y con base en lo establecido en la reforma, se espera que mejoren las cifras. "Yo temo que no, porque la competencia empuja a las empresas a buscar el abatimiento de costos", redondea Tello
En el centro de la reforma, dice José Luis de la Cruz, está el motivo, so la reforma servirá para el bienestar de los trabajadores y detonar el mercado interno o para abatir los costos.
"Lo de los sindicatos es una cortina de humo, porque ni siquiera se estaba tocando el apartado para realmente afectar a los sindicatos vinculados al sector público, sólo era para los sindicatos vinculados al sector privado, pero al final ni eso se aterrizó", recuerda.
En teoría, la reforma serviría para bajar los costos en el mediano plazo, generar empleos y en una segunda vuelta de tuerca, detonar el crecimiento, considera.
Pero hay una inercia por bajar los costos, que se transforma en una bola de nieve llamada precarización laboral cuya consecuencia es la pobreza y sobre eso se monta una reforma que especula con bajar costos laborales y detonar la productividad.
El punto aquí es, pregunta De la Cruz, si realmente hay empresas que no son productivas y cuáles no lo son. "Pongamos el escenario en el que se han incrementado los costos de los energéticos, los costos de la inseguridad y el mercado interno no está funcionando, y sin embargo hay empresa en México que hace lo imposible por disminuir sus costos e incrementar su productividad. Entonces, ¿quién se queda con las ganancias de la productividad del sector industrial tras un aumento de 10% en combustibles y uno de 30% en energéticos?"
El sector privado traslada sus beneficios al gobierno vía costos más altos de electricidad, se responde. Es decir, considera De la Cruz, los beneficios se trasladan al gobierno.
Explica que ello pasa cuando el sector privado, además, debe pagar precios como si estuviera importando. "Si quieres hacer un contrato de compra de acero o combustible, hay que pagar lo que cuesta en Chicago, no lo que cuesta en Tamaulipas, porque así está normado en el sector público".
Es decir, abunda, las empresas toman medidas para incrementar su productividad, pero las ganancias se las lleva el sector público "al que le tengo que comprar y le tengo que pagar como si comprara fuera".
Y esa trampa no se toca ni se resuelve "al final del día", y le dan una vuelta de tuerca que incrementa la pobreza sin presentar una alternativa que busque un programa integral que disminuya los costos y mejore el mercado, que busque que los salarios suban junto con la productividad, "porque en este país 90% de las empresas son medianas o micronegocios a los que no llega la inversión, y la reforma se concentra en algunos sectores, precisamente en esos que ya funcionan".
Pedro Tello recuerda que incluso la Concamín reconoció que el modelo económico requiere cirugía mayor, pues sin una reindustrialización de poco sirve la reforma laboral; "sin el regreso a la producción del campo tampoco sirve. Sin una auténtica cruzada por las empresas de menor tamaño, tampoco sirve".
"Y cuando uno revisa los datos de hoy y ve lo que sucede en el mundo, el entorno internacional no tiene un cielo despejado para un país como México, que depende de lo que ocurre más allá de las fronteras".
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