PARÍS, Francia, nov. 7, 2012.- Seis meses después de tomar las riendas de Francia, el presidente galo, François Hollande, sigue en caída libre en todos los sondeos de popularidad debido a su lentitud al tomar decisiones para paliar los efectos de la crisis económica más seria de los últimos 50 años, el desempleo que supera ya los 3 millones de personas y para recuperar la confianza en el futuro.
Un estudio realizado por el Instituto OpinionWay revela que Hollande no inspira confianza a 64% de los franceses. El índice de aceptación del jefe de Estado se desplomó hasta 35 por ciento, el nivel más bajo obtenido por un mandatario galo en su primer semestre.
Bruno Jeanbart, director de Estudios Políticos del Instituto OpinionWay indica que esta baja aprobación es, por el momento, la característica de Hollande.
La opinión pública castiga a Hollande no sólo por su incapacidad para afrontar la crisis, le factura también las incoherencias en el seno de su Gobierno. Hace unos días el Primer Ministro, Ayrault, encendió un acalorado debate al dar a entender la posibilidad de modificar la ley sobre la jornada laboral de 35 horas, considerada en el país galo como una gran conquista social.
Para Jeanbart, la gente está irritada por la falta de toma de decisiones. Finalmente, muchas medidas que Hollande anunció durante su campaña electoral no han sido adoptadas, afirma.
En cuanto a los temas de sociedad, ejemplifica, queda pendiente el derecho de voto de los extranjeros o el matrimonio homosexual. En el plano económico, hasta el momento, no ha sido tomada ninguna decisión de peso para combatir la crisis.
Entre el presidente y la población se ha instalado la desconfianza. El 70% de los franceses tiene el sentimiento de que las cosas tienden a empeorar y que la estabilidad del país está amenazada.
¿Podrá François Hollande apagar el incendio de los sondeos? El tiempo lo dirá.
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