ROMA, Italia, oct. 9, 2012.- Unos 870 millones de personas, una octava parte de la población mundial, "padecían desnutrición crónica en el periodo 2010-2012", según el nuevo informe de la ONU sobre el hambre.
El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2012 (SOFI), publicado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), presenta "estimaciones más precisas sobre la subnutrición crónica basadas en una metodología mejorada y datos de las últimas dos décadas".
La mayor parte de las personas que padecen hambre, 852 millones, viven en países en desarrollo (alrededor de 15% de su población), mientras que 16 millones de personas están desnutridas en los países desarrollados.
El número total de personas hambrientas disminuyó en 132 millones entre 1990 y 1992 y posteriormente entre 2010 y 2012, lo que equivale a pasar de 18.6% a 12.5% de la población mundial, y de 23.2% a 14.9% en los países en desarrollo.
"Con estos datos, la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) estaría al alcance si se adoptan las medidas adecuadas", dice la nota.
La cifra de víctimas del hambre disminuyó de forma más pronunciada de lo que se creía entre 1990 y 2007. Desde 2007 y 2008, sin embargo, el progreso global en la reducción del hambre se hizo lento y se estabilizó.
"En el mundo actual de oportunidades sin precedentes a nivel tecnológico y económico, nos parece totalmente inaceptable que más de 100 millones de niños menores de cinco años tengan falta de peso, y por lo tanto no puedan desarrollar todo su potencial humano y socio-económico, y que la desnutrición infantil provoque la muerte de más de 2.5 millones de niños cada año", afirman José Graziano da Silva, Kanayo F. Nwanze y Ertharin Cousin, al frente respectivamente de la FAO, el FIDA y el PMA, en el prólogo del informe.
"Tomamos nota con particular preocupación -agregaron- que la recuperación de la economía mundial a partir de la reciente crisis financiera sigue siendo frágil".
"El mundo posee los conocimientos y los medios para eliminar toda forma de inseguridad alimentaria y desnutrición", destacaron.
Y remarcaron que "para esto se necesita un enfoque de 'doble vía', basado en el apoyo a un crecimiento económico de base amplia (incluyendo la agricultura) y redes de seguridad para los más vulnerables".
Los nuevos cálculos demuestran que el aumento del hambre entre 2007 y 2010 fue menos grave de lo esperado.
"El impacto de los precios internacionales de los alimentos en los mercados nacionales fue menos pronunciado de lo previsto en un primer momento, y muchos gobiernos lograron amortiguar los choques y proteger a los más vulnerables de los efectos del alza de precios", dice el reporte.
El informe sostiene que, si se adoptan medidas adecuadas para revertir la desaceleración de 2007-08 y para alimentar a quienes padecen hambre, cumplir la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre en el mundo en desarrollo en 2015, aún es posible.
Por regiones, la desnutrición en los dos últimos decenios disminuyó casi un 30% en Asia y el Pacífico, de 739 millones a 563 millones de personas, debido principalmente al progreso socioeconómico de muchos países de la región.
Pese al crecimiento de la población, la prevalencia de la subnutrición en la región se redujo de 23.7% a 13.9 por ciento. Latinoamérica y el Caribe también progresaron, pasando de 65 millones de personas hambrientas entre 1990 y 1992 a 49 millones entre 2010 y 2012, mientras que la prevalencia de la desnutrición bajó de 14.6% al 8,3 por ciento. No obstante, el ritmo de los avances disminuyó recientemente.
África fue la única región donde el número de personas hambrientas aumentó en el periodo citado, pasando de 175 millones a 239 millones, con casi 20 millones sumados en los últimos cuatro años.
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