ATENAS, Grecia, oct. 3, 2012.- Las esperanzas de Grecia de alcanzar un convenio con sus prestamistas antes de que los ministros de Finanzas de la zona euro se reúnan la próxima semana se apagaron este miércoles, cuando funcionarios admitieron que ambas partes están en desacuerdo sobre cuánto se contraerá la economía en el 2013.
Tras semanas de negociaciones, Atenas aún lucha por lograr un acuerdo sobre casi 12,000 millones de euros en recortes con la troika de prestamistas internacionales formada por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), quienes creen que algunos de los ahorros propuestos no son factibles.
"Aún hay una gran brecha. Estamos tratando de llegar a un compromiso para sellar un acuerdo", comentó el ministro de Finanzas Yannis Stournaras a la prensa tras reunirse con los jefes de la troika.
Un alto funcionario del Gobierno dijo que aún hay espacio para cubrir cerca de 2,500 millones de euros en medidas que serán aplicadas el próximo año.
El funcionario agregó que también existe desacuerdo respecto a cuánto se contraerá la economía local el próximo año, lo cual tiene implicaciones para todas las otras metas.
"No hay acuerdo sobre el escenario macroeconómico. Proyectamos una recesión cercana a un 4%, ellos (troika) de un 5%", dijo el funcionario que pidió no ser nombrado.
Funcionarios dijeron que no se ha perdido toda la esperanza de que el Gobierno griego resuelva temas antes de la reunión de los ministros del próximo lunes, aliviando los esfuerzos de Atenas por asegurar un ya retrasado tramo de 31,500 millones de euros de ayuda necesario para evitar la bancarrota.
El último paquete de austeridad, preparado para entrar en vigor en el 2013 y el 2014, incluye una nueva ronda de recortes salariales y de pensiones a los que se opone fieramente un público ya harto de la austeridad, y un drástico corte de gastos farmacéuticos, beneficios sociales y planes para despedir a servidores públicos.
El funcionario afirmó que la troika también se concentró en temas como el incremento de la competitividad, la remoción de barreras al mercado y la represión de pequeños cárteles.
La troika ha exigido desde hace tiempo que Grecia aplique cambios estructurales a su economía y rompa la influencia de poderosos grupos de presión, pero Atenas ha fallado en reiteradas oportunidades a la hora de mantener sus promesas.
Grecia se dirige a su sexto año de recesión en el 2013, con una tasa de desempleo en su máximo nivel histórico y poca paciencia del público ante las medidas de austeridad.
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