La sombra de Basilea III

Por Leslie López | Fuente: Agencias | 2012-09-28

banco central

Banqueros e industriales serán forzados a capitalizarse para poder enfrentar situaciones de crisis financiera sin recurrir al rescate de los Estados

CIUDAD DE MÉXICO, México, sept. 28, 2012.- Si bien en las últimas semanas se ha escuchado hablar sobre Basilea III, muy poco se sabe al respecto de la nueva norma que a decir de los involucrados, ayudará a prevenir crisis financieras como las de los últimos dos años.

Gobernadores de bancos centrales y reguladores cerraron el domingo un acuerdo que forzará a los bancos a más que triplicar su capital de calidad para resistir sacudidas financieras sin ayuda estatal al cual bautizaron como Basilea III.

Se espera que los líderes del Grupo de los 20, economías emergentes y desarrolladas, que pidieron la reforma, aprueben en noviembre el paquete de medidas.

Basilea III es un acuerdo histórico entre los bancos centrales y los supervisores, para reforzar la solvencia y liquidez de las entidades de crédito. El objetivo de la nueva normativa es evitar crisis financieras, o si se produce, que sean las propias entidades las que asuman las pérdidas,  no los bancos centrales y los impuestos de los ciudadanos.

La importancia del acuerdo se centra en los requisitos de capital que deben cumplir los bancos a partir del 2019. Los criterios actuales se han endurecido, dado que ahora se exigía en las reservas un 2% de los créditos concedidos o de las inversiones realizadas, y  con la nueva normativa será de 7 por ciento.

Muchas entidades se están forzando a cumplir las nuevas reglas, dado que el mercado de capitales está siendo muy estrictos con aquellos, respecto a la liquidez que necesitan, y acuden al mercado en busca de la misma. Los expertos estiman que para las cajas será un esfuerzo añadido, mientras que para los grandes bancos no habrá problemas.

¿Cuáles son las normas acordadas?

Capital estructural (Tier 1)

Se refiere a las reservas básicas de capital de un banco, calculadas según el riesgo de los activos que tiene en sus libros.

Actualmente los bancos deben tener un capital de 4 por ciento. Sólo la mitad corresponde a capital estructural "esencial" o capital de calidad en forma de ganancias retenidas o acciones.

Bajo Basilea III, la razón de capital total estructural Tier 1 se fija en 6%, con un capital central Tier 1 de 4.5 por ciento. La implementación se dará en enero del 2013. Las normas estarán plenamente en vigencia en enero del 2015.

Colchón de conservación

Basilea III introduce un colchón de conservación de capital de 2.5% que se suma al capital estructural Tier 1. Cualquier banco que no cumpla con este amortiguador se enfrenta restricciones de supervisores en pagos como dividendos, recompras de acciones y bonos a ejecutivos. Será introducido paulatinamente desde enero del 2016 y estará en vigor en enero del 2019.

Colchón de capital

Se establece entre el 0 y el 2.5% en acciones comunes u otro capital capaz de absorber pérdidas. El objetivo es forzar a los bancos a tener un respaldo adicional cuando los supervisores vean un crédito excesivo en el sistema que amenace con generar morosidad.

Ratio de apalancamiento

Se apunta por primera vez a limitar el apalancamiento en el sector bancario mundial.

Se pondrá a prueba un ratio de apalancamiento de 3% Tier 1, el balance no podrá exceder en 33 veces el capital estructural- antes de introducir un ratio de apalancamiento obligatorio en enero del 2018.

Liquidez

La primera serie mundial de requisitos de liquidez común busca asegurar que los bancos cuentan con suficiente efectivo o equivalentes de efectivo para salir del apuro de un golpe muy severo de corto plazo y de condiciones menos severas en el mediano a largo plazo. El colchón de liquidez de corto plazo sería principalmente deuda soberana de alta calidad, aunque incluiría también deuda corporativa de alta calidad.

¿Cómo afecta al ciudadano de a pie?

Para adaptarse a la nueva situación, las entidades de crédito tendrán que cambiar su modelo de negocio, de tal manera que en líneas generales, retribuirán menos por los depósitos y cobrarán más por el dinero que presten, así como por los servicios bancarios tradicionales.

Los accionistas podrán encontrarse con  ampliaciones de capital así como recortes en los dividendos, que  pueden hacer caer sus cotizaciones.

El inversionista no deberá sorprenderse de que las entidades financieras intenten captar sus ahorros para su capital propio, en lugar de hacerles las recomendaciones más atractivas para obtener buenas rentabilidades a sus patrimonios, en los mercados de capitales internacionales.

Detractores de Basilea, en pie de guerra

Algunos banqueros e industriales luchan contra ciertas partes del paquete que, dicen, afectarán el crecimiento económico. Sus esfuerzos se han sofisticado desde 2010, cuando los reguladores desestimaron las afirmaciones de los bancos globales de que las reformas provocarían 10 millones de empleos menos, calificándolas como una exageración.

Ahora, los industriales encargan -o realizan- proyectos  específicos de investigación para mostrar cómo determinados apartados de las normas podrían tener efectos perniciosos.

Un estudio de la Universidad de Harvard patrocinado por el American Securitisation Forum se enfocó en la correlación de cobertura de liquidez, la cual requerirá que los bancos tengan suficiente dinero en efectivo y activos fáciles de vender para sobrevivir a una crisis de 30 días. El Comité de Basilea está dividido sobre cuáles instrumentos deberían contar como activos líquidos más allá de efectivo, los bonos soberanos y los bonos corporativos con alta calificación.

El estudio de Harvard, de David Rand y Martin Nowak, sostiene que una definición estrecha de liquidez podría resultar autodestructiva y que aceptar una gama más amplia de activos conllevaría mayor estabilidad.

Los investigadores del Royal Bank of Scotland enfocan su vista en una subsección de las reglas de capital, encaminada al riesgo de las contrapartes.

Escogieron un derivado, hicieron los cálculos para determinar las posibles pérdidas si la contraparte se metiera en problemas y concluyeron que el paquete obligaría a los bancos a mantener capital 3.4 veces por encima de lo necesario.

El Bank of Scotland dice que los bancos europeos podrían utilizar el capital necesario para cubrir este cargo de "ajuste de valoración del crédito"  para mantener 1 billón de euros en créditos corporativos adicionales en su lugar.

Los estudios empatan con posturas que están siendo impulsadas por algunos banqueros centrales y políticos europeos, que creen que las normas de Basilea pueden agravar los problemas económicos del continente.

Otros reguladores y académicos son más escépticos. Señalan que la liquidez se secó en el mercado de titularización en 2008, y que los problemas con contrapartes como AIG, Lehman Brothers y las aseguradoras de bonos exacerbaron la crisis financiera. E incluso si el denominado cargo de ajuste de valoración fuera retirado, no hay nada que garantice que el capital liberado sería utilizado para respaldar préstamos en lugar de a alguna otra actividad menos noble, como más derivados.

Es probable que se hagan algunas concesiones cuando Basilea se reúna de nuevo a finales del año y cuando la Unión Europea haga cumplir las normas globales en casa.

Pero es poco probable que la industria consiga todo lo que quiere, por lo menos en este momento.

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