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CIUDAD DE MÉXICO, México, ene. 25, 2011.- Una llamada anónima alertó a las autoridades de Cuajimalpa sobre el posible maltrato de 75 personas en el anexo "Aprendiendo a Vivir".
"Maltratos y condiciones infrahumanas en un local que se utiliza para la rehabilitación de personas con adicciones", dijo José Gil, fiscal de Cuajimalpa
Esta clínica para drogadictos y enfermos se localiza en la Avenida José María Castorena, número 51 en la colonia Centro de Cuajimalpa.
"Aquí existe un tema de privación ilegal de la libertad, y podríamos acreditar lesiones, algunas formas de tortura, tratos inhumanos y degradantes", señaló Dilcya Samanta García Espinoza, subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito de la PGJDF
Los familiares de los adictos entregaban a los encargados 400 pesos por el ingreso al anexo y una despensa semana tras semana
También tenían que firmar un documento en la que se comprometían a dejar a sus familiares en manos de los dueños del anexo, hasta su supuesta rehabilitación.
Todos dormían en una sola habitación de 36 metros cuadrados. En la casa sólo hay dos baños, una cocina insalubre con comida cruda o en proceso de descomposición y una pequeña habitación habilitada como enfermería.
Antonio Contreras es alcohólico desde los 20 años, hoy tiene 78, su familia lo abandonó desde hace tres años argumentando que no podía atenderlo. Don Antonio asegura que debido a la falta de higiene en el anexo, le amputaron la pierna izquierda.
Las dos mujeres y los 73 hombre afectados fueron revisadas por médicos y serán enviados a diferentes albergues para su atención.
Los seis presuntos responsables declaran en la agencia del Ministerio Público en Cuajimalpa.
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