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CARSON CITY, Nevada, EU, feb. 26. 2013.- Aunque vivió varias décadas en el mismo vecindario tranquilo, aparentemente nadie lo conocía. Se llamaba Walter Samaszko y era tan ignorado que pasaron varias semanas antes de que las ridades descubrieran que había fallecido en su modesta casa de Carson City.
Cuando llegaron las cuadrillas de limpieza, hicieron un descubrimiento asombroso: el hombre de 69 años que había llevado una vida muy humilde, tenía una enorme colección de miles de monedas de oro guardadas en viejos cajones de municiones en su cochera valuadas en cientos de miles de dólares.
La mitad de la colección será subastada en las próximas horas en un tribunal de Carson City para saldar 800.000 dólares en impuestos y cargos a la herencia.
Lo recaudado se entregará a una maestra sustituta de San Rafael, California, Arlene Magdanz, que es prima hermana de Samaszko y su única heredera. Se requirió una búsqueda exhaustiva para localizarla.
La subasta incluirá sólo la colección de monedas de oro, no las monedas de edición para coleccionistas, dijo Alan Glover, funcionario del tribunal de Carson City que supervisará la puja.
Los compradores son coleccionistas profesionales de monedas que hacen compras regulares que oscilan entre 3 millones y 10 millones de dólares.
Las monedas se han separado en 11 grupos sobre la base de su tipo, y cada grupo ha sido pesado en onzas. Las colecciones van desde 24,1 onzas troy hasta 602 onzas troy.
En total se ofrecerán 135 libras de oro, que según Glover deben generar beneficios de unos 3 millones de dólares. La subasta de la otra mitad más grande de la colección probablemente se realizará más adelante, dijo.
Las ridades descubrieron las monedas cuidadosamente envueltas y almacenadas en cajas de municiones una encima de otras. Había más de 2.900 monedas austríacas, muchas de 1915; más de 5.000 de México; por lo menos 500 británicas; 300 piezas de oro estadounidenses, algunas de ellas de 1880; y más de 100 piezas de oro de los años 1890.
Entre las monedas había documentos con detalles minuciosos de las compras, que datan de por lo menos 1964, cuando el precio promedio del oro era de 35 dólares por onza. En este momento el oro se vende a casi 1.600 dólares por onza.
Las ridades creen que su madre, que vivió con Samaszko hasta su muerte en 1992, compró la mayoría de las monedas.
A pesar de los millones de dólares que tenía en la cochera, Samaszko no parecía llevar una vida de lujo. Documentos oficiales muestran que sólo retiraba unos 500 dólares al mes para pagar facturas modestas. Samaszko falleció con 1.200 dólares en una cuenta corriente y un poco más de 165.000 dólares en una cuenta de mercado monetario y fondos de inversión.
Desde que conoció de la herencia, Magdanz se ha alejado de la publicidad y no ha hecho declaraciones sobre su fortuna.
Els
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